LA MANXOYA "MON JOIE": ENTRANDO LA CIUDAD DEL SALVADOR (OVIEDO/UVIÉU ASTURIAS) EL CAMÍN REAL DE QUIRÓS, EL CASERÓN, LA RUTA DE LOS NEVEROS Y LA BOLGACHINA


La ciudad de Oviedo/Uviéu desde La Bolgachina (La Manxoya)


Se dice que los peregrinos francos que, tras subir del valle del río Morente por Caxigal y llegar a Los Prietos y El Caserón, bajaban la cuesta de La Manxoya exclamaban ¡mon joie! (mi gozo, mi júbilo, mi alegría) al ver la ciudad del Salvador y, con ella, la torre de la catedral de San Salvador, la Sancta Ovetensis, cumpliendo su anhelo plasmado en el dicho que, corriendo por toda Europa, decía que "quien va a Santiago y no al Salvador visita al criado y olvida al señor"



Se asegura además que el propio nombre de esta parroquia ovetense, La Manxoya, compuesta por varios pueblos y caseríos, vendría de aquel mon joie de los romeros francos y, aunque la filología, hurgando en la documentación de época, aporta otras raíces lingüísticas, algo parecido habrían de gritar de júbilo aquellos sufridos romeros que acababan de pasar los puertos de la Cordillera y continuado por la fragosa orografía asturiana hasta llegar hasta aquí


En la actualidad, no obstante, la inmensa mayoría de los peregrinos no llegan a ver la catedral y avanzan con paso rápido por esta bajada de La Manxoya, La Bolgachina, para llegar a ella lo antes posible y culminar etapa y camino


La ciudad ha crecido y los edificios casi tapan su torre gótica casi por completo pero, escudriñando, puede llegar a verse su remate o chapitel, la aguja cuya construcción en 1552 dio por terminada su construcción. Eso sí reconstruida tras su destrucción por un rayo en 1575, muestra una de las escasas aportaciones renacentistas a su estructura, las siguientes ya serían barrocas

Los Prietos, final de la subida de La Venta y Caxigal a La Manxoya

Pero antes de bajar hay que subir, llegamos a La Manxoya por su barrio de Los Prietos, donde va acabando la larga cuesta desde La Venta, antigua posada y parada caminera en la vega del Regueru Morente, que por Caxigal, parroquia de Perera o Pereda, nos ha traído aquí, a solamente tres kilómetros de la catedral y donde aún tenemos un entorno rural y residencial de baja densidad a las puertas mismas del casco urbano


Unos hórreos y paneras desvencijados señalan la decadencia de las labores agropecuarias tradicionales del agro astur cuando, aún hasta pasada la posguerra, prevalecía la cultura cerealística de guardar en ellos el grano para hacer el pan en casa, trigo, centeno, escanda pero, sobre todo, maíz, que curaba en ellos y se almacenaba para luego elaborar la boroña


Este es el tramo del camín real que fue, en la Edad Media, el principal entre los puertos de la Cordillera y la capital de Asturias pero, a la vez basado en una vía romana de la que vimos buenos trechos de empedrado en la subida y bajada de Picullanza y esta, a su vez, en una senda sin duda prehistórica guardada por viejos castros que jalonan su recorrido


Por las primeras casas de Los Prietos caminamos ya en llano; la cuesta que hemos dejado atrás no es demasiado larga pero sí tiene una continuidad de repechos considerables, ganando altura rápidamente. El lugar de mayor altitud de la parroquia ronda los 300 metros, lo que no es una elevación considerable en sí misma, pero la subida requiere su esfuerzo, tiempo y energías, más si la hacemos al sol del medio  día o de primeras horas la tarde, que es cuando suelen pasar la mayor parte de los peregrinos, próximos ya a su meta y albergue


Una quintana a nuestra izquierda, las casas campesinas han sido reformadas en su mayor parte pero no pocas mantienen su estructura, tal que esta, la llamada casa terrena, alargada y rectangular, una de tantas variantes de las longhouses o casas largas presentes en la arquitectura popular europea y de otros continentes desde tiempo inmemorial


Y en la fachada, la imagen,, en cerámica, de La Santina de Covadonga


El antiguo camín real quedó relegado a vía pecuaria y de comunicación local cuando a finales del siglo XVIII se completaron los tramos ovetenses de la Carretera de Castilla, actual AS-375, que pasa algo más al este, por Los Arenales, parroquia de San Esteban de les Cruces. Con la mecanización del campo fue ensanchado un poco para permitir el paso de maquinaria y con la generalización del uso del automóvil, asfaltado


En la actualidad no suelen circular más vehículos que los de los residentes pero, en no pocas ocasiones, hay cierto tráfico, sobre todo en fiestas, en fines de semana, en verano... y es que estamos en una zona cercana a renombrados bares, restaurantes y sidrerías a las que suben muchos vecinos de la urbe, disfrutando de esta zona verde tan inmediata a la gran ciudad


Otro viejo camino llegaba a La Manxoya un poco más al oeste, el Camín Real de Quirós, procedente del concejo asturiano de ese nombre (con enlace a la meseta por el puerto Ventana), en base al que crecieron, linealmente, los barrios de La Rodá o La Rodada, Cabornio y San Turcao o San Torcuato, que vemos desde aquí, al otro lado de uno de los arroyos afluentes del Regueru Morente


En esa zona, donde existieron varios areneros, la mayor parte de las casas son relativamente recientes, de la segunda mitad del siglo XX. El Camín Real de Quirós es actualmente también carretera local, de cierta entidad y más ancha que esta pues comunicaban con la antigua fábrica de explosivos que existió en la parroquia, antes venía por ella la nieve del Aramo para los cafés y boticas de la ciudad. Leemos así en Wikipedia:
"... era lugar de paso para los que transitaban por el Camino Real de Quirós. En este camino, se encuentra San Torcuato que contaba con una ermita de la que hoy no queda resto alguno pero sí existen referencias documentales. Hubo además, en Campiello, un pozo donde se conservaba la nieve traída por los arrieros, desde la Sierra del Aramo, para abastecer la ciudad y que dio lugar al topónimo La Nevera que, aún en la actualidad, se mantiene. El comercio de la nieve, hasta principios del siglo XX, era una importante actividad dadas las utilidades del frío, por ejemplo, en los hospitales

Es por ello también vía donde abren sus puertas diversos talleres y empresas y, además de viviendas unifamiliares, hay algunas de tipología más urbana-industrial. Un poco más allá vemos la boscosa bajada al valle del río Gafu, que separa de la vecina parroquia de Llatores, alguno de cuyos barrios divisamos también al oeste


San Turcao o San Torcuato debería su nombre a una antigua capilla actualmente desaparecida, mientras que el de Cabornio, literalmente 'tronco hueco', situado más atrás, parece hacer referencia a la hondonada del terreno


Más reciente sería la razón del nombre del lugar de La Suerte, una fila de viviendas de protección oficial, a causa de la 'suerte' que tuvieron los agraciados con que les tocase una


Un poco más abajo es Casa Álvaro, uno de los bares de la parroquia, al lado del taller de Javier Prieto. Se dice que el nombre del barrio de Los Prietos, en el que estamos ahora, tiene que ver con este apellido


Y más allá La Rodá o La Rodada tiene que ver con ser un tramo de paso de carros en aquel Camín Real de Quirós, del que da referencia, como de este del Salvador, Alejandro García para el artículo "Buena situación y vistas" publicado en el periódico El Comercio en el verano del ya lejano año 2012:
"La Manjoya es un pueblo con mucha historia, aparece en fuentes diplomáticas del siglo XIV, incluso se podría remontar su origen un siglo más atrás. Por esta parroquia bajaban los peregrinos desde San Lázaro hasta Oviedo, «Ya no hay tantos como antes, pero siguen viniendo algunos», explica Pedro Gómez, vecino de la localidad, «antes, operarios municipales limpiaban la senda del recorrido, pero ahora ya no hacen nada», añade.
También era lugar de paso para los que transitaban por el Camino Real de Quirós. En esta ruta, se encuentra San Torcuato, que contaba con una ermita de la que hoy no queda resto alguno. Próxima a la iglesia parroquial de Santiago, existía antiguamente la Venta del Gallo para el servicio de los que transitaban por el Camino Real a Castilla que desde Oviedo, continuaba por La Manjoya, Olloniego, Ujo, Lena y Pajares hasta la provincia leonesa.




A continuación de La Rodá está el bosque de El Fulminato, topónimo que parece tener que ver con la instalación en 1865 de la fábrica de explosivos de Thiry y Compañía aprovechando las instalaciones de una antigua tejera


El crecimiento de la fábrica y la incorporación de nuevos socios hizo que se extendiese por toda esa zona del valle y hacia el bosque de La Zoreda, donde languidecen muchas de sus instalaciones:
"La parroquia tiene su propia reserva, El Bosque de La Zoreda, verdadero pulmón del concejo, formado por más de 30 hectáreas de masa forestal, entre los que destacan los castaños y los robles. A la riqueza biológica del bosque, se une la singular construcción del palacete de los Sela, edificado por la familia Figaredo en 1930 y hoy Castillo del Bosque La Zoreda. Abandonado durante muchos años, fue a raíz de los trabajos de recuperación del terreno cuando volvió a salir a la luz, siendo puesto en venta por el Ayuntamiento a mediados de 2004. En la actualidad, es un hotel de cinco estrellas, «lo han reformado y ha perdido gran parte del encanto que tenía antes, es una pena», lamenta Pablo Gutiérrez, vecino de La Bolgachina".

El bosque La Zoreda es un interesante compendio pues de reserva natural de árboles autóctonos, principalmente robles, castaños y algunas hayas, fauna montaraz y arqueología industrial, pero también hallazgos musterienses, como solar que fue de los míticos neandertales que poblaron estos parajes en los albores de la humanidad


Las antiguas quintanas contrastan con los modernos bloques de pisos de las urbanizaciones de Llamascura, auspiciadas por la cercanía a la A-66 Autovía de la Plata, principal vía de comunicación en la actualidad con la meseta


El acceso se realiza un poco más allá, por el enlace de El Caleyu, parroquia de Llatores, pasando también el tren de RENFE, cuya estación, actualmente apeadero, fue inaugurada con el tramo del Ferrocarril León-Gijón que pasa por allí, el 23 de julio de 1874


Las comunicaciones y la industria favorecieron el poblamiento de la parroquia, sobre todo a lo largo de la carretera, donde sus barrios se extienden, unidos uno a continuación de otro, formando una calle. Seguimos leyendo a Alejandro García en sus conversaciones con los vecinos:
"En La Manjoya destacan los chalets y las urbanizaciones modernas, frente a los escasos restos de arquitectura tradicional que aún perduran en la zona. En un principio, la gente que se instalaba en el pueblo, vivía de la ganadería, agricultura y la industria de la zona. «Antes se trabajaba en la desaparecida fábrica de explosivos y en la explotaciones de arena, que abastecieron a Oviedo durante años, pero en la actualidad, las personas que vienen a vivir aquí, lo hace por la cercanía a la ciudad y la tranquilidad»..."

De la misma manera que este camín real fue sustituido por la Carretera de Castilla, que pasó a ser la N-630 en 1939 y esta, a la vez, sustituida por un nuevo trazado, menos sinuoso y peligroso, por la orilla del Caudal, en 1968. Un cuarto de siglo después era la A-66 la que relegaba a la N-630 como principal comunicación con la meseta, aunque el costoso, gravoso y polémico peaje del Güerna pone esto en entredicho a la hora de elegir ir por El Negrón (túnel) o por Payares (puerto)


Aquí, siempre en llano, avanzamos con paso resuelto a la vez que continuamos disfrutando de este entorno cuando llegamos al restaurado lavadero de La Fuente del Árbol, situado justo al pie del Camino


Aunque no se usa desde que felizmente se dispone de agua corriente en las casas, fue rehabilitado en 1999 como elemento del patrimonio ovetense que merece ser preservado. Más de un peregrino se refugió en él durante alguna tormenta o, a refrescar en jornadas de sol castigador


Aquí un quitamiedos o guardarraíl separa la carretera del desnivel que hay respecto a la explanada del lavadero, de tejado a dos aguas


A la derecha, a la sombra del árbol, uno de los mojones señalizadores del Camino, con su concha y su flecha amarilla


A continuación, en una estrecha franja de terreno llano a la izquierda del Camino, tenemos un área de descanso delimitada por barandillas de madera


Se emplazan en ella varios bancos y mesas de madera, siendo un lugar ideal para descansar unos instantes, sacando el bocadillo de la mochila y reponiendo fuerzas antes de entrar en la ciudad


Estamos además en un gran mirador sobre esta parte de la parroquia; realmente lo es todo este tramo de Camino. De todas maneras pronto pasaremos también junto a alguno de los renombrados chigres y casas de comidas de La Manxoya, donde podremos parar a tomar algo o a comer 'a mesa puesta'


En su Diccionario geográfico del concejo de Oviedo, el escritor Adolfo Casaprima Collera dice que Los Prietos extiende su caserío "a 295 metros de altitud en torno a la carretera" y que se "halla a 0,8 km de Oviedo", entendemos que este último dato se refiere a su zona más cercana a la ciudad, pues aquí estamos a aproximadamente un kilómetro más, o poco menos, de las primera urbanizaciones de pisos que señalarían la entrada en la urbe por La Bolgachina, su barrio más septentrional


Los Prietos forma parte en la actualidad de ese pueblo-calle que forman sus barrios a lo largo de la carretera que, desde La Zoreda y antigua fábrica de Armas, se cruza uno poco más adelante con el Camino y luego se dirige a Los Arenales, donde están el Cementerio de El Salvador y el Centro Territorial de RTVE en Asturias, enlazando con la AS-375 que es la antigua Carretera de Castilla


En su construcciones alternan "las casas modernas -mayoritarias- con alguna casería de tipología tradicional, con hórreo anexo", incidiendo en que "Puede que el topónimo proceda del propio apellido Prieto, tomado en plural por el hecho de que allí residirían y tendrían tierras varios miembros de la familia"


No muy lejos se hallan las 'casamatas de San Torcuato', estructura defensiva republicana durante la Guerra Civil, formada por varias casamatas unidas entre sí por una red subterránea de túneles que eran parte de una batería de artillería, como nos cuenta el erudito historiador Guillermo Guiter en Baterías republicanas del cerco a Oviedo, artículo para La Voz de Asturias del 7-9-2020:
"Se encuentra al sur, próxima a la carretera que desde San Lázaro va a Las Segadas. Consta de cuatro casamatas enlazadas por subterráneos que no se pueden recorrer libremente por hallarse cegados en algunos puntos. Dichos subterráneos se comunicaban igualmente con un puesto de mando blindado (de hormigón). Sobre la casamata que se encuentra más al este se ha construido un chalet sin derribar la obra, cuya cañonera se ha convertido ahora en puerta de entrada a la nueva construcción".
"El Cuerpo de Ejército de Asturias tomó la decisión de proteger la práctica totalidad de sus piezas de artillería con casamatas de hormigón armado y, aunque no pudo llevar a término su plan íntegramente, entre marzo y octubre de 1937 construyó tal número de obras de este tipo que un porcentaje muy elevado de sus bocas de fuego se hallaban en la última fecha citada al abrigo de dichas casamatas, en tal cantidad que hoy constituyen un rasgo distintivo de la fortificación asturiana en la guerra civil".

Entre las arboledas de dicha carretera empezamos a ver los edificios de El Cristo, en la zona de Buenavista, antigua aldea al oeste de la ciudad y parte de la desaparecida parroquia rural de San Pedro de los Arcos, que empezó a edificarse cuando, pasada la contienda, fue tal la necesidad de hacer viviendas para las gentes que se habían quedado sin ellas durante más de un año de ser la ciudad primera línea del frente, que se estimó más conveniente y rápido hacer casas nuevas que esperar a desescombrar las destruidas en barrios como el cercano de San Lázaro


Aquellas viejas casas fueron desapareciendo y se construyeron más y más bloques de pisos en lo que es una zona de expansión urbana en la actualidad, allí donde estuvo la villa romana de Paraxuga, destruida, paradójicamente, al hacerse el Campus Universitario de El Cristo, y es que 'la cultura no siempre se lleva bien con la cultura'. Escribe de aquel desaguisado efectuado pese a saberse la suma importancia del yacimiento el arqueólogo Fon S.P. en su web Ástures:
"En 1974, cuando se construyó la facultad de Medicina en el campus universitario de El Cristo en Oviedo, se arrasó completamente un antiguo yacimiento arqueológico conocido como las Murias de Paraxuga. Se trataba de un edificio de fundación en época romana que llegó al menos al siglo VI d.C. Entre la fortificación y la villa, su existencia fue constatada por primera vez por J.M. González en los años 60. En las obras no se contempló la preservación de ninguna de las estructuras investigadas, y simplemente desapareció. Os hablo en este post de la villa romana de la ciudad de Oviedo.
Descubrimiento y catalogación 
En 1957 el historiador J.M. González cataloga una serie de restos encontrados entre las calles Julián Clavería y Fuertes Acevedo, en la zona de El Cristo, que catalogó como villa de época romana. Documentó la existencia de viejos lienzos de muros y materiales correspondientes a ese periodo. Los identifica como romanos aunque están revueltos debido a la construcción de una trinchera durante la Guerra Civil, así como el desmonte de la zona por una construcción doméstica. 
Características y datación del asentamiento 
Francisco Jordá Cerdá es el encargado de llevar a cabo un sondeo para documentar todo lo posible la zona que iba a desaparecer por completo bajo el edificio universitario. La intervención realizada bajo la dirección del Servicio de Investigaciones Prehistóricas y Arqueológicas de la Diputación Provincial proporcionó la primera información científica del lugar, en el que ya se habían producido hallazgos materiales desde incluso antes del reconocimiento de González. Desde entonces tanto materiales, como planos de la excavación han aparecido en distintas publicaciones hasta la actualidad. 
Francisco Jordá  atribuyó un origen militar al complejo de Paraxuga. Una fortificación en torno a la cual se fue formando una pequeña comunidad que adquiere la forma y funcionalidad de villa con el paso del tiempo. J. Bellón que es quien publica un posible plano del asentamiento en base a los testimonios de J.M González y las excavaciones de Cerdá, opina de una forma similar. Una torre de vigilancia que controlaría la posible ruta que discurriría en sus inmediaciones. 
(...)Bellón interpreta las dos fases constructivas. La primera en la parte norte, los muros tenían características más antiguas. En una segunda época dice que se reconstruyeron muros donde apareció suelo de opus caementicium además de edificar el portalón en época tardoantigua. 
La calle Fuertes Acevedo, es la vieja carretera de Galicia, (N-634) que seguiría un trazado cercano a una vía antigua comprobada por la toponimia. Bellón dice que es la vía que llevaba a Tudela Veguín. Carmen Fdez. Ochoa considera que esa vía podría tratarse de un ramal de La Mesa que desde las Regueras conecta con las Murias. Belén Sampedro Veledo, recoge que en la documentación medieval, en torno al siglo X, en el entorno del asentamiento existen referencias a «carrale antiqua y de una strata maiore» que conectan en un trazado directo este lugar con la colina de Oviedo, (hoy Fuertes Acevedo y Avenida de Galicia, Campo San Francisco, etc…). Si la villa existía en época imperial es probable que la vía también. Entonces ¿se dirigía aun espacio yermo sin más en la colina de Oviedo?. No es probable. 
Es precisamente Fernández Ochoa quien considera que se trata de otro tipo de poblamiento, quizá similar al de murias de Beloño en Gijón, en el que una torre o pequeña fortificación proporcionaba seguridad a una comunidad que explotaría el territorio y que vive en asentamientos de tipo rural, pero no se la puede considerar villa. 
Que yo sepa no hay datación absoluta de ningún material del asentamiento, y su adscripción a un periodo temporal se ha hecho en base a objetos como las cerámicas recuperadas en él. Según Bellón esos materiales corresponden a un periodo entre los siglos IV y V d.C. aunque algunas de las cerámicas parecen poder retrotraerse a época altoimperial. 
En cuanto al repertorio metálico hay otros objetos, que actualmente están en el Museo Arqueológico de Asturias. Son una moneda de Constantino Magno (Según González 306-307 d.C.), una fíbula de omega, un enganche de vestimenta, y un anillo. En las inmediaciones de las Murias, cuando se realizó el trazado de la carretera, se descubrieron monedas romanas, entre ellas un denario de Augusto. Entre el material óseo, una aguja y una pieza romboidal. 
La moneda marcaría el periodo más antiguo de la villa que se ha podido constatar. Por tanto siglo IV d.C. 
Una villa que plantea muchas preguntas 
Algunas ya las he formulado en el texto. Más allá de constituir un indicio de la ocupación romana del entorno inmediato a la colina de Oviedo (1km) lo cierto es que nos habla de un espacio con un uso intensivo en ese periodo. Si lo vemos en conjunto con otros lugares de época romana de la zona como los castros del Naranco, y lo sumamos a la fuente encontrada en la calle la Rúa, en el Museo de Bellas Artes lo cierto es que la teoría de una fundación romana de Oviedo toma fuerza, pero eso ya lo hablamos en otro post. 
De hecho su importancia radica no sólo en su ocupación en época romana sino en la constitución del espacio medieval de Oviedo desde época tardoantigua. No podemos seguir creyendo que la ciudad apareció de la nada por el deseo de fundar un monasterio en el siglo VIII. Existía una historia de poblamiento del entorno desde época romana, al menos, y aunque el maltrato institucional al patrimonio de la ciudad ha sido la tónica dominante, la suma de yacimientos y vestigios arqueológicos documentados en la ciudad hablan de una historia mucho más rica y antigua, que intento daros a conocer con esta serie de post sobre el origen de Oviedo".

Efectivamente, el descubrimiento de señales de poblamiento en el casco antiguo de la ciudad anteriores a la fecha de 761 en la que un documento posterior atribuiría la llegada de los monjes fundadores, junto con la demostrada confluencia de varias vías antiquísimas en la antigua colina de Ouetus Ouetao: aquí esta del Camino del Salvador y, poco más allá, el Camín Real de Quirós, pero hay unas cuantas más, ha llevado a pensar en una fundación romana previa a la noticia de Máximo y Fromestano asentándose en el lugar en tiempos del rey Fruela


Por los caminos de Quirós, entrando por Ventana, y el Camín Real de la Mesa, más al occidente, entrarían las dos razzias seguidas que el emir de Córdoba Hixem I ordenaría contra el Reino de Asturias en los años 794 y 795, destruyendo la naciente capital de Alfonso II El Casto, el hijo de Fruela. El de la Mesa habría sido la ruta principal, a causa de que es bastante practicable incluso en pleno invierno, en el alto medievo pero, paulatinamente, iría siendo relegada por la de Payares, más directa desde León a Oviedo/Uviéu, valle del Bernesga adelante, fundamento de este Camino del Salvador


Otra vía muy directa y cercana a la de Payares, que confluiría con ella en Uxo (Mieres), es la de La Carisa, por donde irrumpieron las legiones de Publio Carisio, legado de Augusto, en la guerra de invasión contra los astures. Esta vía está recuperada como GR-101 y coincide aquí con el Camino del Salvador


Se agradece mucho este tramo tan llano después de las continuas series de cuestas, con sus subidas y correspondientes bajadas, desde Mieres acá, así como esta paisaje rural ovetense, cada vez más residencial pero de baja densidad, en el que predominan las casas unifamiliares con terreno


Muchas grandes fincas fueron parceladas y, vendidas en lotes, sirvieron para construir nuevas casas. De aquí hacia Los Arenales, al este, viene a ser la zona más llana de la parroquia, en lo alto de la colina que separa los valles del río Morente al sur y del río Gafu al norte


La mayor parte de las casas, reiteramos, se extienden a lo largo de la carretera a Llamascura y en torno a su cruce con este Camino del Salvador en El Caserón, fuera de ello el hábitat tiende a ser algo más disperso


Algunos hórreos revelan el origen rural de esta parroquia que, con la fábrica de explosivos, fue también de las pioneras de la industrialización ovetense. No pocos vecinos de antaño compaginaron el trabajo en la casería con el de la factoría


Estamos en uno de esos trayectos en los que el pisar asfalto se ve compensado por este entorno que aún hoy en día podríamos calificar de bucólico, pese a la inmediatez, más que cercanía, a la trepidante vorágine de la urbe


Empieza ahora una corta y suave cuesta entre las casas y el prado. Un poco a la derecha está el barrio de Los Barreros, otro de los que conforman esta parroquia de La Manxoya


La acumulación de aguas de lluvia en esta llanura conllevaría la aparición de barro y lodazales, de ahí en nombre del lugar, donde además existe una fuente llamada El Foyarín, diminutivo de folleru 'lodazal', 'charca' 


La raíz etimológica de la palabra la encuentra el filólogo Xosé Lluis García Arias en el céltico var 'agua' "aunque es posible que alguno de estos topónimos admitan una explicación también céltica pero donde *BARRO (TLG 22) significa ‘cumbre", tal y como escribe este erudito en Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos, lo que ha llevado a Casaprima Collera a la misma conclusión: 
"El topónimo tiene evidente relación con el barro o terreno embarrado, aunque existe otra tesis que lelva a la ascendencia al celta, que utiliza tal palabra con el significado de "cumbre"; en este caso concurren las dos posibilidades".

Y es que a una 'cumbre' vamos llegando aquí' en esta zona que puede ser la más alta de la parroquia, cercana también al barrio de Los Corzos, cuyo topónimo, "aunque parece muy claro vinculado con el animal (entonces habría que remontarse al "curtium" latino, tomando la expresión popular "cola corta" para designarlo), es probable que se refiera mejor a un plantío de encinas (en este caso vendría de "quercus")", señala Adolfo Casaprima Collera


Topónimos como este y similares para García Arias "quizá deban explicarse, si no se relacionan con QUERCEUS, A, UM ‘de roble’ (p. 288), por el nombre del animal, corciu o cur ciu ‘corzo’; en este caso provendrían del participio fuerte latino del verbo *curtiare —> *CURTIUM, nombre que aplicarían al corzo precisa mente por su corta cola (DCECH s.v. corzo). Los resultados con yod se justifican por el influjo del participio del verbo curtiar ‘cotar’."


Nosotros estamos en la zona más oriental de Los Prietos, donde acaba esta corta subida frente a una hilera de casas


Al llegar aquí fijémonos en el mojón jacobita al otro lado de la calzada...


Salimos de este, el camino que comunica con Caxigal y La Venta, valle del Regeru Morente y, como indica dicho mojón, continuamos a la derecha, que es por donde iremos a El Caserón


El mojón está 'completo', con su concha identificativa del Camino (no necesariamente direccional) y la flecha amarilla que señala el rumbo a seguir



En el mojón aparece además una plaquita con el anagrama del GR 100 Vía de la Plata, pero antes os habíamos dicho que por aquí figura el GR 100.1, una de sus variantes o alternativas. Esto se debe a un cambio de nomenclatura del que leemos esta aclaración en la web de la FEMPA:
"La Red de Cooperación de la Ruta Vía de la Plata se ha puesto en contacto con la Federación de Deportes de Montaña Escalada y Senderismo del Principado de Asturias (FEMPA) al objeto de señalizar la Ruta de la Plata GR 100 por un trazado acorde con trazado por los romanos en su vía de comunicación entre Sevilla y Gijón. 
En Asturias este recorrido fue diseñado, ejecutado y Homologado por la FEMPA en el año 2000 con motivo del Eurorrando, atravesando Asturias de Norte a Sur, desde Gijón a Pajares, pasando por Lugones, Oviedo, Mieres, Pola de Lena y Pajares, utilizándose la vía del Feve como nexo de unión entre las distintas etapas. 
Posteriormente la FEMPA diseño, ejecutó y homologó el GR 100.1 Vía de la Carisa, que discurre en gran parte por el trazado que utilizó el general romano Carisio para la conquista de Asturias. 
El trazado propuesto por la Red de Cooperación de la Ruta de la Plata difiere bastante con el actual, siendo prácticamente un GR nuevo. Así mismo, dicha Red mostro su interés en conservar el número del Gran Recorrido, ya que en otra comunidad se encuentra señalizado con la signatura GR 100. 
Ante la situación de que el trazado existente del GR 100 no coincide con el propuesto y, así mismo, el GR 100.1 actual sería en gran parte por donde discurriera el propuesto, la Red de Cooperación ha propuesto la modificación de aquellas señales que deban ser cambiadas de signatura, con cargo a sus presupuestos, tanto del GR 100 como del GR 100.1. 
Ante esta propuesta, y dado que el trazado propuesto coincide con el utilizado por los romanos en su introducción en Asturias, la FEMPA no ha tenido inconveniente, de acuerdo con la FEDME, en modificar la signatura de ambos GR, pasando a denominarse: 
GR 100 Ruta de la Vía de la Plata, al trazado nuevo con las siguientes etapas por Asturias: 
Etapa 1. Gijón – Venta la Puga 
Etapa 2. Venta la Puga – Lugones 
Etapa 3. Lugones – Oviedo 
Etapa 4. Oviedo – Mieres 
Etapa 5. Mieres – Carabanzo 
Etapa 6 y 7. Carabanzo – Cordal de Carraceo – Collada de Propinde – Pendilla 
Siendo las etapas del antiguo GR marcado como GR 100 y actualmente como GR 100.1 GR 100.1 Ruta Gijón – Puerto de Pajares (Alternativa ruta de la plata) con la etapas: 
Etapa 1. Gijón – Serín 
Etapa 2. Serín – Lugones 
Etapa 3. Lugones – Oviedo 
Etapa 4. Oviedo – Mieres 
Etapa 5. Mieres – Pola de Lena 
Etapa 6. Pola de Lena – Puente los Fierros 
Etapa 7. Puente los Fierros – Puerto de Pajares"

El Camino continúa en muy suave y liviano ascenso, casi llano entre estos prados cercanos a Los Barreros


Zona esta casi sin casas según avanzamos hacia El Medio o La Quintana'l Medio, lugar así llamado por estar a medio camino entre Los Prietos y El Caserón


A nuestra izquierda, Los Parperos, casería del barrio de Los Prietos, las casas nuevas y las reformas en las antiguas casas campesinas delatan los cambios acontecidos en la parroquia, que de rural, pasa a residencial


Proseguimos así de cómodamente nuestro paseo por la campiña, como leemos en El final de una aventura: la sexta y última etapa del camino de El Salvador, de la Asociación Camino de Santiago: "El Padrún, La Manzaneda, la Manjoya, son tachuelas que tenemos que superar, pero la proximidad a Oviedo y la etapa cómoda por su corta distancia, hacen de esta, un agradable paseo". Tengamos eso sí presente que las etapas de cualquier guía son orientativas, cada cual puede realizar otras opciones según dónde desee pernoctar para empezar al día siguiente


Sí es verdad que, como dice la misma asociación "El trazado es un sube y baja desde su inicio hasta la llegada a Oviedo", pero como también lo fueron otras etapas de este mismo Camino y tantas otras de otros caminos


La dureza del Camino del Salvador, sobre todo a partir de La Pola de Gordón, se ve compensada por sus paisajes para los peregrinos de ahora, para los de antaño serían las reliquias de San Salvador, en la Cámara Santa, de las que escribe Patricia Herrero Sánchez en El Camino de Santiago y el “milagro” del peregrino en San Salvador deOviedo:
"El culto a las reliquias custodiadas en la Cámara Santa de Oviedo es en principio de carácter local y comienza a manifestarse con más fuerza a partir del siglo IX. 

Desde el momento de la elección de la sede episcopal ovetense por Alfonso II la catedral estaría llamada a ser, en la intención del propio monarca, el gran relicario del reino asturiano, articulándose plenamente estos designios en su programa neogoticista que aspiraba a la constitución de una urbs regia que fuese siguiendo el modelo del orden toledano, como centro político y espiritual del naciente estado. 

Al fundar el templo catedralicio de San Salvador, Alfonso II lo dotará con importantes bienes materiales, con las reliquias de muchos santos y mártires, incorporando para los doce altares subsidiarios reliquias de los apóstoles. 

El traslado de la capital del reino a León tras la muerte de Alfonso III truncará el temprano desarrollo de Oviedo como un centro político y espiritual de importancia, convirtiéndose en un pequeño núcleo semi rural y decadente, cuyos venerados edificios civiles y eclesiásticos permanecen como únicos testigos de su pasado esplendor.

La autonomía urbana de Oviedo se prolonga hasta bien entrado el siglo XI, sobreviviendo durante ese dilatado período gracias a su condición de civitas episcopal en la que los prelados constituyen la principal, por no decir la única autoridad local, supliendo en cierto modo el vacío de poder dejado por el desplazamiento de la corte a León y reanudando, poco a poco su pulso vital gracias a la gradual difusión que empezará a adquirir el culto a las reliquias de la iglesia catedralicia."

Si bien según la tradición y los documentos altomedievales, las reliquias, procedentes del Monsacro, donde estuvieron escondidas a salvo de invasiones, procedentes de Toledo y antes, transportadas de Jerusalén por el norte de África según avanzaban persas y árabes, llegaron al primitivo santuario del Salvador en tiempos del Alfonso II El Casto, su fama tardaría aún unos siglos en propagarse por la cristiandad:
"Podemos remontarnos hasta principios del siglo XI para situar el momento en que el relicario de Oviedo comienza a ser conocido fuera de la región asturiana, en un proceso muy lento que va articulando la reactivación socioeconómica y cultural que se inicia en todo el reino de León con la influencia de la monarquía pamplonesa, claramente favorable a la penetración de las corrientes ultrapirenaicas. 

Será Don Ponce de Tavernoles, un catalán consejero del monarca, obispo de Oviedo hacia el año 1018, quien viene siendo considerado como uno de los primeros impulsores de la peregrinación a San Salvador. La tradición popular atribuirá a este prelado el primer intento por descubrir y divulgar el contenido del tesoro tan celosamente custodiado en su iglesia desde los días del rey Alfonso II

Es obvio que el episcopado de Don Ponce, también relacionado con la dinastía de Sancho el Mayor de Navarra, debió de servir para disponer favorablemente el ánimo de sus monarcas hacia la iglesia ovetense cuya sede él ocupaba. Esta actitud de favor empieza a ser evidente ya con el hijo de Don Sancho, Fernando I, quien, según la Crónica Silense refería entre todos los santos lugares de su reino a la iglesia de San Salvador de Oviedo, a la que donó muchas riquezas. Y, efectivamente las donaciones de este monarca a la iglesia de Oviedo y su presencia en la ciudad, en el año 1053, fueron factores decisivos para incrementar la fama de San Salvador, cuyo relicario será cada vez más frecuentado por viajeros foráneos".

De todas maneras, el gran impulso a las peregrinaciones a San Salvador vendrá con la visita de Alfonso VI en 1075 y la solemne ceremonia de la apertura del Arca Santa que contiene dichas reliquias, acompañado por su corte y séquito:
"Algún tiempo después de su visita a San Salvador, Alfonso VI disponía que el antiguo palacio de Alfonso III fuese destinado a hospital de peregrinos, recibiendo el significativo nombre de Palatio Frantisco, síntoma de la presencia en la ciudad de gentes venidas del otro lado de los Pirineos, que ya a principios del siglo XII, formaban una colonia de entidad suficiente como para tener un juez propio. 

En la creciente difusión internacional que adquiere el culto a las reliquias de la mitra ovetense, en relación con la peregrinación jacobea, jugarán un papel fundamental los monarcas leoneses sucesores a Alfonso VI, que adoptan la costumbre de enlazar sus viajes santos a Santiago con las visitas al relicario asturiano. Aquí, además de venerar las reliquias de la Cámara Santa, se acercaban a la iglesia de Santa María, aneja a la catedral, para orar ante el mausoleo que custodiaba los restos de sus gloriosos antepasados del reino astur. 

Algún tiempo después de su visita a San Salvador, Alfonso VI disponía que el antiguo palacio de Alfonso III fuese destinado a hospital de peregrinos, recibiendo el significativo nombre de Palatio Frantisco, síntoma de la presencia en la ciudad de gentes venidas del otro lado de los Pirineos, que ya a principios del siglo XII, formaban una colonia de entidad suficiente como para tener un juez propio. En la creciente difusión internacional que adquiere el culto a las reliquias de la mitra ovetense, en relación con la peregrinación jacobea, jugarán un papel fundamental los monarcas leoneses sucesores a Alfonso VI, que adoptan la costumbre de enlazar sus viajes santos a Santiago con las visitas al relicario asturiano. Aquí, además de venerar las reliquias de la Cámara Santa, se acercaban a la iglesia de Santa María, aneja a la catedral, para orar ante el mausoleo que custodiaba los restos de sus gloriosos antepasados del reino astur. 

La iglesia de San Salvador cumplía con su deber asistencial a través del hospital de San Juan, la institución de carácter benéfico de ella dependiente más importante de la ciudad en la Edad Media, y que como antes se comentó venía funcionando como hospital para peregrinos desde los días de su fundador, el rey Alfonso VI. 

Aunque el hospital de San Juan no fue el único de la ciudad sí es el mejor conocido gracias a las constituciones promulgadas para su administración en el año 1299, por ellas sabemos que el gobierno del hospital era competencia del cabildo catedralicio que para ello nombraba a un hospitalero o rector. 

A finales del siglo XIV quedará definitivamente institucionalizado el culto a las reliquias de San Salvador por iniciativa del obispo Don Gutierre de Toledo, quien, en el año 1383 escribe sus famosas Constituciones y en ellas, en el segundo cuadernillo entre las páginas once recto y doce vuelto, dicta: “de commo se ha de fazer et solempnizar la fiesta de la Inmención de las Reliquias”
... establescemos que perpetuamientre para siempre jamas en el dia de la invención et Revelación destas Sanctas Reliquias, que son treze dias del mes de março, sea fiesta doble de seys capas con procesión de capas et diganse las viespras, et otro dis la misa en la capiella de sancta Maria Magdalena, que es ante la capiella de las Reliquias ..."

Enlazamos con el camino que viene de Los Barreros y seguimos de frente, siempre en dirección norte, a la catedral, cuya construcción gótica ya avanzaba en tiempos del obispo Gutierre de Toledo, de la misma manera que el concepto antiguo de peregrinaciones se había transformado:
"En esta época el fenómeno religioso de las peregrinaciones ha cambiado profundamente de sentido llegando a convertirse en una práctica firmemente dirigida desde las cúspides eclesiásticas, debido en gran parte a las indulgencias. 

Oviedo será uno de esos centros de culto, que en la Baja Edad Media, se verá muy favorecido por la gracia papal y los ingresos derivados directa o indirectamente de la peregrinación conseguirán reactivar algo las menguadas economías tanto de la catedral como de la propia ciudad, siempre íntimamente unidas. 

Un empeño común a casi todos los obispos que ocupan la mitra de Oviedo durante los siglos XIV y XV fue el de conseguir los recursos necesarios para ir rematando las obras de fábrica ya iniciadas y poder emprender otras nuevas. Como es obvio, una de las fuentes de financiación prioritarias para la obra de la iglesia serán los ingresos derivados de la devoción popular a las reliquias de la Cámara Santa". 

Empieza ahora otro hermoso tramo a la sombra de los árboles, cuyas ramas se comban sobre el Camino haciendo un precioso túnel vegetal. El paso de peregrinos por este y otros caminos salvadoranos o de los salvadores, se incrementó con la difusión de los milagros acaecidos en la catedral:
"Esta devoción popular hacia San Salvador y sus reliquias se puede observar al estudiar los supuestos “milagros” acaecidos en esta diócesis, muchos de ellos tuvieron una clara labor propagandística. Tan sólo comentar que época del obispo Don Diego Ramírez de Guzmán hay constancia de dos ejemplos. 

El primero de estos supuestos milagros se produce el año 1415 en la catedral de Oviedo, en él concurren varias de estas características comentadas en párrafos superiores, es un prodigio que no tiene explicación cuyo beneficiario es Domingo Iñigo, quien realiza el Camino de Santiago rezando por su curación y al llegar a Oviedo se sana de sus dolencias, aunque de este caso hablaremos más extensamente adelante. 

El otro supuesto milagro que aconteció en la época del mismo obispo anteriormente mencionado, concretamente en el año 1423, fue el conocido como “Milagro de la sal”, que citaba ya el Padre Risco en una de sus obras, al hablar de la vida de nuestro prelado. 

En el texto de este documento se nos informa como el capitán de una carabela, de nacionalidad portuguesa, ofrece a San Salvador de Oviedo y a su iglesia dos grandes piedras de sal si libraba a su embarcación de los peligros que rondaban los mares. 

Una vez que el barco con su tripulación se encontraban navegando, fueron asaltados por unos corsarios franceses, quienes intentaron cargar las piedras de sal que estaban destinadas a San Salvador, pero no pudieron levantarlas de la nave, por más que lo intentaron hasta un total de veinte hombres. Cuando los ladrones supieron que la carga que contenía ese navío estaba destinada a San Salvador dejaron lo que habían tomado permitiendo marchar a la nave portuguesa hacia su destino, obrándose de esta manera el milagro, como así se específica en el texto de este documento, huyendo espantados los corsarios franceses al no poder coger la carga y conocer quien era su destinatario.

Esta religiosidad popular marcara toda la Edad Media continuando en época moderna hasta nuestros días, lo cual nos indica el fervor e importancia que posee la diócesis ovetense dentro del Camino de Santiago, existiendo varias rutas o sendas para poder seguir este camino por tierras asturianas".

Dentro de los milagros más conocidos de la catedral del Salvador o San Salvador (es correcto de las dos formas, si bien la advocación más históricamente auténtica es la segunda) es el del mudo que recuperó la voz:
"Entre estos supuestos milagros se encontraría el ocurrido el viernes 3 de mayo del año 1415 en la catedral de San Salvador de Oviedo13, ya que en él concurren varias de las características anteriormente mencionadas. Se trataría de un fenómeno que no se puede explicar por causas naturales y que sucede a la llegada a un santuario religioso de importancia, como era entonces San Salvador de Oviedo. El agraciado recorría en señal de penitencia el Camino de Santiago para rezar y pedir por su curación ante las reliquias de la Cámara Santa y después a Santiago, pero que, además, viene porque así se lo ha recomendado el famoso predicador dominico fray Vicente Ferrer. 

Y el prodigio tiene lugar a la llegada a la catedral de Oviedo de cinco peregrinos, cuatro de ellos extranjeros, quienes dijeron a los allí presentes, que Domingo Iñigo, “...que paresçía ser mudo et que non fablaua ...”. 

Sería el propio Domingo Iñigo, una vez recuperada el habla, quién diría que vivía en la aldea de Cabañas, sita en Teruel. Afirmaba ser pastor que cuidaba ganado y que se había puesto enfermo, perdiendo el habla en cuaresma del año anterior, y que la había recuperado a su llegada a la iglesia catedral de San Salvador.

Pero, ¿qué hizo este peregrino para que se produjese en él semejante beneficio?, ¿cómo recupero su voz?, pues exactamente de la manera siguiente: 
“... fincaron las rodillas ante el altar mayor de la dicha iglesia, fasiendo sus oraçiones et estando en el dicho colegio las rodillas fincadas cantanto / el responso de la salue regina, el dicho omme, que non fablaua, començó de flaqueçer et sudar por la cara et el sennor Dios, que es padre poderoso, que / fiso et fase de cada dia muchas marauillas, envió la su gracia sobre él, et merçet ...”. 
La solución a su enfermedad se le atribuyó a San Vicente Ferrer, ya que aunque había consultado a muchos médicos ninguno le había podido curar. Este, examinándole, le mando venir en romería hasta San Salvador de Oviedo y si no se curaba, que siguiese caminando a Santiago de Compostela, pero esta peregrinación la debería hacer de la siguiente forma: 
“... que troxiese al cuello en penitençia una argolla de fierro por manera que las buenas gentes que lo visen que le diesen sus limosnas, / por el amor de Dios, et que le mandara que tres jornadas antes que llegase a la dicha iglesia que ueniese descalço et que ayunase tres dias et que fasiendo / lo así que fiaua en el Saluador del mundo, que lo sanaría en la dicha iglesia de San Salvador, donde estaua, o en la iglesia de Santiago de Galicia ...
Los peregrinos italianos que acompañaban a Domingo Iñigo en el camino hacia Oviedo afirmaron que no le habían oído ni visto hablar ni comer ni pedir ningún tipo de alimento en todo el tiempo en el que estuvieron con él. Por todo lo oído los “gobernantes”, que estaban en Oviedo decidieron que esto que había acaecido en esta Iglesia Catedral era un milagro y que por ello había que dar las gracias a Dios:
 “... et lo / gouernaran fasta la dicha çibdat et los del dicho colegio que estauan quando vieron que Dios fasía tan gran milagro por el dicho Domingo man / daron tapner las campanas de la dicha iglesia et fisieron luego proçessión dando muy muchas gracias a Dios por el bien et merçet que fasía en la dicha / iglesia al dicho Domingo ...
Todos estos acontecimientos fueron confirmados por numerosos testigos de distinta condición, no sólo por eclesiásticos sino también por laicos, que presenciaron el hecho. Además de los notarios que dieron fe en testimonio de verdad, de lo allí sucedido."

A nuestra izquierda una panera, un cobertizo y, prado abajo, vemos algunas casas de Los Prietos en la carretera a Llamascura 


Más al fondo están la aldea de Campiello y de nuevo los edificios de El Cristo. Campiello pertenece a La Manxoya y en la actualidad sus casas son casi todas chalets en los prados de El Carneru. Esta campera a unos 260 m de altitud y al lado del Parque de Invierno, área natural y de esparcimiento en el valle del río Gafu y parte del 'cinturón verde' ovetense, da su nombre al lugar, Campiello, diminutivo de 'campo'


Aquellos edificios de la ladera son las urbanizaciones de Monte Cerrao, en términos que fueron de aquella desaparecida parroquia rural que fue San Pedro de los Arcos y solar de la ermita de Santa Ana de Mexide, donde siglos atrás festejaban romería los cofrades del gremio de sastres o alfayates llegando en procesión desde la capilla de la Esperanza (La Balesquida, por su fundadora y la de este gremio, versión romanceada de Velasquita -Giráldez-, en 1232) en la Plaza de la Catedral. El reparto del vino y el pan de fisga (escanda) dio lugar a la festividad del Martes de Campo, cuando las gentes salen a comer por toda la ciudad, campos y plazas, además de restaurantes y sidrerías


Un poco más a la izquierda es El Campón y sus urbanizaciones. Por ahí pasa otra ruta procedente del valle de Trubia por los puertos del Aramo, señalizada como GR-106 Ruta de San Melchor de Quirós, que une la iglesia ovetense de San Melchor con el pueblo quirosano de Cortes, aldea natal del santo, Melchor García Sampedro, canonizado por Juan Pablo II en 1988


Caminamos plácidamente en llano entre más setos, fincas, chalets y arboledas


Algunas casas de Los Barreros prado arriba a nuestra derecha


Aquí se ven algo mejor, en esta foto de primavera, con la mayor parte de los árboles aún sin hojas


Ya tan cerca de la meta del Camino del Salvador, estimamos muy conveniente sacar a colación este interesante resumen descriptivo que la famosa guía Gronze ace de esta última etapa desde Mieres (que, recordamos, es un concepto orientativo):
"La última etapa del Camino del Salvador, a pesar de su distancia moderada, presenta un perfil bastante quebrado, con tres altos durante el recorrido. Tras el collado del Padrún dejamos la cuenca del río Caudal para descender al valle del Nalón y, acto seguido, internarnos por senderos y antiguas calzadas empedradas que nos acompañarán hasta las puertas de Oviedo, la capital de Asturias. Además de recoger nuestra Salvadorana en la catedral, donde visitaremos la Cámara Santa y sus reliquias, os recomendamos dedicar una jornada adicional para disfrutar de los numerosos atractivos de la ciudad, que fue el punto de origen de la primera peregrinación a Compostela".

Decir 'meta del Camino del Salvador' no quiere decir, forzosamente, final de la peregrinación, pues muchos peregrinos van a continuar hacia Santiago acto seguido, bien por el interior (Camino Primitivo) o por la Costa (Camino Norte), como hicieron el noble flamenco Antoine de Lalaing y sus acompañantes en 1501, del que compartimos parte de lo que nos dice de su peregrinación la Xacopedia:
"Señor de Montigny, caballero del Toisón de Oro y conde Hoogstraeten, Antonio de Lalaing (1480-1540) peregrinó a Santiago en el año 1501, durante el viaje que realizó a España acompañando a Felipe el Hermoso. Durante los veinticinco primeros años del reinado de Carlos V, Lalaing desempeñó importantísimos cargos en los Países Bajos. Felipe el Hermoso determinó que fuera él uno de los señores que formarían parte de la comitiva de su primer viaje a España. Y consecuencia de su viaje fue la relación del mismo efectuada por Lalaing, recogida por Gachard en el tomo I de la Colección de viajes de los reyes de los Países Bajos. Aunque Lalaing habla, en el prólogo de su Relación de los cuatro libros de los que se componía, sólo se han conservado los dos primeros, el del primer viaje de Felipe el Hermoso -primer libro- y el segundo dedicado a su vuelta. 
En lo que respecta al Camino de Santiago, es de sumo interés el capítulo IX de la Relación de Lalaing en su primer libro. Desde Burgos, donde la comitiva había sido recibida con todo tipo de festejos, tres caballeros se pusieron en marcha hacia Santiago de Compostela el 19 de febrero de 1501: Carlos de Lannoy, Antonio de Quiévranis y el propio Lalaing. Siguen el antiguo Camino Francés, alojándose la primera noche en Castrojeriz. El grupo llegó a León y Lalaing aportó una noticia curiosa: señala la existencia de una cercana mina de azabache y apunta que la mayoría de los rosarios de azabache se hacen allí afirmando que: “La mayor parte de los que compran los peregrinos en Santiago se hacen en León.” 
Desde allí, los peregrinos se encaminan al Salvador de Oviedo, pasando por el puerto de Pajares a Puente de los Fierros, indicando la aridez montañosa de la región. En Oviedo, como todos los peregrinos, no dejan de ver las numerosas reliquias. Intentan embarcarse en Avilés hacia A Coruña -con la curiosa anotación de que era “un puerto de mar un poco alejado del Camino de Santiago”- pero al no haber viento favorable debieron seguir por tierra, no dejando de anotar uno de los terribles “puentes que tiemblan”. Lalaing no dejó de comparar a los asturianos con los egipcios, por su forma de alimentarse".

La Xacopedia nos informa asimismo que el Camino del Salvador "también podía ser un itinerario de vuelta" y es que, efectivamente, no pocos peregrinos lo escogían para regresar a casa de Santiago, cumpliendo con la preceptiva visita a las reliquias y a 'no olvidarse del señor habiendo visitado al criado'


Llegamos ahora a una importante encrucijada en la que seguiremos de frente y rectos por el camino de la izquierda: es El Xugu la Bola, un lugar donde antaño, como su nombre señala, se jugaría a los bolos en esta explanada del cruce, donde en nuestros días hay una pequeña plazuela, con bancos, papelera y tablón de anuncios, donde se cruzan los caminos de Los Prietos, Los Corzos y La Quintana'l Medio


Aparte de alguna flecha amarilla pintada en el suelo o en algún muro, la opción a seguir nos la señala un mojón que tenemos allá adelante, pasado el cruce, al pie de una arboleda


Y ahora seguimos también a la izquierda, donde empezamos a bajar un poco hacia La Quintana'l Medio, cuyas casas asoman entre los árboles a escasos metros


El mojón, la flecha y la concha amarilla, seguimos pues de frente, siempre por el asfalto. Es posible que por esta zona, más poblada según nos acercamos a la ciudad y a la carretera, nos encontremos con algo más de tráfico a algunas horas, pero poca cosa si lo comparamos con el de la urbe y sus rondas


A la hora de comer, por ejemplo, pululan las gentes rumbo a alguno de los restaurantes y chigres de la parroquia, unos andando, pues es zona de paseos, y otros en coche


En La Quintana'l Medio o El Medio hay una bifurcación; a la izquierda es una entrada a las casas, por lo que nosotros seguimos en todo momento de frente y en recto


Casas y hórreos forman una quintana sita entre Los Prietos, Los Corzos y El Caserón, de ahí su nombre, "aunque hoy no deja de ser una continuación más de El Caserón, al que aparece unida", afirma Casaprima Collera, añadiendo que "Siempre se ha conocidao al lugar con el nombre de La Quintana del Medio, si bien con el tiempo ha perdido la primera parte del topónimo", si bien oficialmente lo ha vuelto a recuperar


Observemos en este poste telefónico de madera dos señales del GR y entre ellas y en vertical una flecha amarilla. Los caminos siguen coincidiendo


El Camino parece estrecharse, si pasa algún coche en este tramo tendremos que "tiranos al matu" como se suele decir



Llegamos a otro cruce y seguimos de frente sin desviarnos de este el camino principal



Muestras de arquitectura tradicional asturiana en La Quintana'l Medio, Adolfo Casaprima Collera contabilizaba en 2002, cuando publicaba su Diccionario geográfico del concejo de Oviedo, "al menos una veintena de hórreos y varias paneras" entre Los Barreros, La Quintana'l Medio y Los Prietos, barrios que hoy en día con El Caserón vienen a ser uno solo en la práctica


No perdamos de vista los mojones, como el situado en esta bifurcación; el barrio "alterna las casas de tipología tradicional con edificaciones de reciente construcción", sigue contándonos Collera...



A la derecha, un rellano en la delantera de estas casas; es común ver obras de reforma y rehabilitación en muchas de ellas. El ser una zona rural-residencial, apartada pero a la vez cercanísima a la ciudad hacen de estos extrarradios lugares atractivos para vivir a muchas personas, fuera de las atestadas urbes


Otra doble raya, blanca y roja, del GR.100  o GR.100.1, en el muro de la izquierda. Aquí el Camino se estrecha llamativamente...


Es la Casa El Tarrón, con su corredor entre cortafuegos mirando al Camino


Está tallado con motivos recurrentes en el arte asturiano, acaso algunos desde la Prehistoria, ancestrales símbolos solares que, con el paso del tiempo, pasaron a ser filigranas decorativas que demostraban la prestancia de una casa


Símbolos solares con forma de estrella, como la hexapétala y el trisquel; se suponía que si una casa, hórreo, panera u otro elemento, hasta una jarra o unas madreñas estaban decoradas era señal de cierto nivel social y económico, pues que algo tan práctico tuviese espacio y recursos para el arte darían a entender, consciente o inconscientemente, esas características


Fueron asimismo composiciones que conferían cierta protección al lugar, aunque recalcamos habrían quedado en filigranas ornamentales


Se habrían perdido ya, desde muchos siglos atrás, sus significados originales, desde el sol en rotación hasta sensaciones de movimiento, equilibrio, infinito y eternidad, como buena parte del arte esquemático. Cuando aparecen en lugares tales como estelas funerarias serían el alma del difunto uniéndose a la divinidad representada por el sol, la 'solarización'


Si miramos a la entrada, a manera de porche o antoxana, hallaremos más motivos tallados en madera...


En el dintel de la ventana, franja de hexapétalas


En el de la puerta, un trisquel entre dos cabezas monstruosas, que parecen de felinos, que salen de composiciones de entrelazos


A la derecha de la puerta, en la fachada, el nombre de la casa con otra hexapétala y la fecha de construcción, 1780. Un momento en el que ya estaría en marcha la construcción de la Carretera de Castilla que sustituiría a este camín real


Otro motivo de entrelazos, con medallón central, entre dos tetrasqueles, en la puerta lateral


Contemplada tan artística fachada continuamos camino hacia El Caserón


Fijémonos en el canalillo por el que bajan las aguas sobrantes al pie de la casa. Aquí el Camino se estrecha aún un poco más antes de volver a ensancharse delante del siguiente chalet


Efectivamente, aquí el Camino se ensancha entre estos muros. A la derecha vemos uno de los hórreos que revelan el pasado rural de estas aldeas ovetenses que van convirtiéndose en áreas residenciales

 
El Camino empieza a bajar suavemente la cuesta de El Caserón


Y allí, en El Caserón, están las casas del cruce de la carretera. Pero antes nos asomaremos al portón de una quinta a nuestra izquierda


Y es que desde aquí tenemos otra buena vista de Buenavista, valga la redundancia, con las alturas de La Cuesta Naranco al norte


Desde este chalet, tal vez de los primeros que se construyeron en la zona, serían testigos de cómo crecería la ciudad en esa dirección, Buenavista "barrio al oeste de Oviedo y antigua aldea que hace un siglo contaba con casi medio habitantes", escribía en 2002 Adolfo Casaprima Collera, el cual fue urbanizado pasada la Guerra Civil "como gran zona de expansión de la ciudad". El actual barrio no guarda ya ninguna relación con la antigua aldea, siendo casi parte del centro de la urbe". 


En la actualidad, con el crecimiento urbano, ya es prácticamente centro. Tras él vemos la zona occidental del Monte Naranco, cuyo nombre se dice viene etimológicamente de la raíz prerromana nar relacionada con el agua, dado que nacen en él numerosos manantiales empleados secularmente como suministro para la ciudad


Y otra vista de El Cristo y Monte Cerrao, con los árboles del Parque del Truébano asomando entre los edificios. Allí estuvo la ermita del Cristo les Cadenes o Santísimo Cristo de las Cadenas destruida en la Guerra Civil y reconstruida en la posguerra de nueva planta, ya como iglesia de una nueva parroquia eclesiástica desgajada de la de San Pedro de los Arcos. Ermita de las leyendas la llama el erudito Carlos Fernández Llaneza:
"El santuario del Cristo está enclavado en el lugar que con el nombre de Adspera aparece citado en numerosos documentos a partir del siglo IX, por lo que antiguamente se llamaba al lugar Cristo de Aspra.  
El origen de esta advocación se pierde entre leyendas de lo más variopinto; un soldado que arrastra cadenas prisionero del turco. Una novia enamorada que le espera. Un rosal que que revela la suerte del cautivo? Una de las más bellas es el romance de "El rosal y las cadenas", que a principios del siglo XX fue publicado por Fermín Canella a beneficio del Asilo del Fresno, en aquel entonces perteneciente, como el propio santuario, a la parroquia de San Pedro de los Arcos. Esta leyenda narra la historia del desdichado amor de la hermosa Rosaura, cuya casa estaba situada bajo la verde colina del Santo Cristo del Aspra, y de Diego de Casielles. Él parte para los Tercios de Italia y ella lo espera durante varios años, acudiendo a la ermita con frecuencia para rezar. Un día, cuando Rosaura volvía del templo, se encontró a un cenobita, quien le notificó la muerte de su amado. Rosaura se encerró en un convento, después de ofrecer al Cristo del Aspra unas cadenas de plata en recuerdo de que su novio llevó en su cautiverio, y desde entonces se empezó a popularizar el nombre del Cristo de las Cadenas.  
Otra versión difiere algo de la anterior. Dice así: Existía una pareja de enamorados que tuvo que separarse porque él marchaba a la guerra y, para consolar a su afligida novia, le dijo: "planta este rosal delante de tu casa, y mientras no dé flores puedes estar tranquila, estoy bien. Pero si un día de repente florece, eso querrá decir que he muerto".  
La muchacha plantó el rosal y cada tarde observaba sus ramas sin florecer, y subía hasta una ermita donde había un gran Cristo a dar gracias por mantener con vida a su amor. Así pasaron los años, hasta que un día, mientras se hallaba rezando se le acercó un hombre y le dijo: "Te traigo malas noticias, tu novio cayó prisionero y estuvimos ambos cautivos todos estos años. Pero él no ha podido volver porque se encuentra muy enfermo y no podrá llegar. Me ha pedido que te trajese las cadenas que le han tenido apartado de ti".  
La muchacha ofreció las cadenas al Cristo de la ermita, poniéndolas en su manos, donde permanecen desde entonces, y cuando llegó a casa, y aunque era pleno invierno, encontró el rosal florecido. La calle donde residía la novia de esta triste leyenda, tomó el nombre de Calle Rosal. En fin, leyendas para la historia.  
Sin embargo, son poco antiguas las referencias fidedignas que de la capilla existen. Acudimos, una vez más, al esencial José Ramón Tolivar Faes: El 22 de mayo y el 6 de junio de 1804 trataba el ayuntamiento de construir un cementerio y uno de los sitios propuestos era "junto al Cristo de Láspara". Se sabe que en la primera mitad del siglo XIX era muy visitado aquel Cristo y que su romería -el 14 de septiembre- rivalizaba y casi excedía a la del Cristo de Santullano, por lo que el camino, hasta entonces intransitable, fue convertido en un verdadero paseo que frecuentaba multitud de personas.  
La devoción del Cristo siguió llevando allí a gran cantidad de gentes y, sobre todo, en las últimas décadas a la romería que se celebra el Domingo posterior a San Mateo. 
La capilla, devastada durante la guerra civil, fue posteriormente reconstruida. En 1890 había sido reedificada en estilo ojival, según planos de Juan Miguel de La Guardia.  
Por disposición del Arzobispado de 10 de enero de 1972, este santuario pasó a ser iglesia parroquial, separándose el correspondiente territorio de las parroquia de San Francisco de Asís, como el 11 de febrero de 1959 había sido separado de la de San Pedro de los Arcos.  
Con relación a la vinculación del Cristo con San Pedro, en el periódico "El Carbayón" del miércoles 1 de julio de 1908 se leía una curiosa noticia:  
"Se celebró también la fiesta de San Pedro, patrono de la feligresía de los Arcos, en el santuario del Cristo, donde provisionalmente se ejercen las funciones parroquiales por hallarse el viejo templo titular en derribo".  
En fin, otra tesela más de ese mosaico inabarcable que es nuestra rica historia común ovetense."

Se dice que antaño, los peregrinos que venían de vuelta de Santiago de Compostela tomando el actualmente denominado  Camino Primitivo a la inversa, llegaban a ver la torre de la catedral de San Salvador desde las lejanas serranías de El Freisnu, y desde ellas se seguía viendo hasta la construcción de los edificios de Buenavista


A lo lejos, La Peña Llampaya (561 m), en el extremo occidental de La Cuesta Naranco o Monte Naranco, señala la salida de la ciudad a los peregrinos de dicho Camino Primitivo rumbo a Compostela, pues discurre a sus pies, por la parte inferior de su ladera sur, bajo la aldea de su mismo nombre, Llampaya, camino de Llampaxuga a Lloriana


Ules pertenece a la parroquia del mismo nombre que el monte, Naranco, y sus casas, agrupadas y escalonadas por su falda, se distinguen bien en la distancia, pero lo que más ha de llamarnos la atención va a ser, en la antaño denominada "Parcela Buenavista", la "visera" del polémico Calatrava, el Palacio de Congresos y Exposiciones, uno de tantos ejemplos de sobrecostes y procesos judiciales de los años de la burbuja inmobiliaria en España


Antaño estuvo ahí el Estadio Carlos Tartiere (antiguo Estadio Buenavista), inaugurado en 1932 y trasladado en el año 2000, del Real Oviedo, equipo de fútbol fundado en 1926 de la fusión del Real Stadium Club Ovetense y del Real Club Deportivo Oviedo. El Nuevo Carlos Tartiere se construyó al otro lado de la colina de Buenavista, cerca de L'Argañosa, paso del Camino Primitivo hacia La Florida, su salida del casco urbano


La antigua parroquia de San Pedro de los Arcos de la que formaba parte Buenavista fue antes de San Pedro de Otero por hallarse su iglesia en un otero al pie del Naranco. Su nombre cambió al popularizarse el nombre de Los Arcos a causa de la construcción, en el siglo XVI, del Acueducto de los Pilares, que llevaba el agua desde las fuentes del Naranco a la ciudad y que estaba formado por cuarenta y dos arcos, llamados popularmente 'pilares', cuya vista asombraría también desde aquí a los peregrinos que se acercaban a la ciudad


En 1875 fue sustituido por un sistema de depósitos de agua y tuberías siendo derribado en 1915 por razones urbanísticas relacionadas con el crecimiento de la ciudad y la ampliación de su nudo ferroviario, dejándose únicamente cinco arcos que quedaron encajonados entre los edificios de Vallobín, otro antiguo caserío de San Pedro de los Arcos que quedó transformado en un populoso barrio urbano. Sin duda alguna, de haberse conservado habría constituido uno de los elementos más singulares del patrimonio ovetense


En la falda del Naranco, bajo el Alto la Rasa (628 m) y El Cantu Borbotón (604 m), reconocemos muy bien el edificio principal y demás instalaciones del Centro Asturiano de Oviedo, fundado en 1927 en base al de La Habana (Cuba) y que adquirió esta parcela en 1928, con la primera idea de hacer un centro sanitario


El ambicioso proyecto contemplaba la construcción de nada menos que doce edificios de los que solo se hicieron dos, siendo este el principal, con restaurante, salón de actos, sala de exposiciones y otras dependencias, inauguradas en 1935 tras ocho años de trabajos. Apenas duraron un año en pie pues fueron destruidos en la Guerra Civil, tardando posteriormente bastante tiempo en reconstruirse, a partir de 1965. En la propia web del centro tenemos una gran descripción de su nacimiento y evolución hasta nuestros días, así como sus actividades. La Enciclopedia de Oviedo nos ofrece un amplio resumen de su historia:
"El Centro Asturiano de Oviedo es una de las instituciones más arraigadas de Oviedo. Cuenta con dos sedes sociales: una en la Calle Uría y otra, su Club de Campo, en la falda del Monte Naranco
El origen de esta institución está ligado al movimiento migratorio de la segunda mitad del siglo XIX cuando numerosos asturianos se desplazaron a la América Hispana y, en especial, a Cuba en busca de un nuevo modo de vida. Los lazos de solidaridad y el amor a la tierra añorada trajeron consigo el nacimiento del Centro Asturiano de La Habana el 2 de mayo de 1886. El empuje de este Centro le llevó a la creación de diversas delegaciones en numerosos lugares como Nueva York, Tampa y el de Oviedo. 
Esta última surgió como un sanatorio que acogiese a aquellos emigrantes, enfermos o sin fortuna, retornados a Asturias. Tal propósito motivó la elección, por sus favorables condiciones, del monte Naranco como lugar de ubicación del Centro. La institución de La Habana decidió, el 13 de febrero de 1928, que llevaría por nombre “Delegación del Centro Asturiano de La Habana”. Se construyó entonces el sanatorio y una casa social para recreo y, aunque estaban proyectadas más edificaciones, la revolución de octubre de 1934 y la guerra civil impidieron que se llevasen a cabo. Estos sucesos abrieron un período de crisis del Centro que se agudizó aún más con el triunfo de la revolución de Cuba en 1959. 
En 1967, los asturianos del Centro de La Habana decidió el cambio de nombre de la entidad que pasó a denominarse a partir de ese momento “Centro Asturiano de Oviedo” a quien pasó la propiedad de los terrenos del Naranco. Pero estos cambios no lograron frenar la decadencia del Centro que casi llega a desaparecer en la década de los setenta del siglo pasado aunque la reacción masiva de los ovetenses y la gestión de una nueva Directiva lo impidieron. Pocos años después, en los 80, la institución ya estaba recuperada y consolidada como parece indicar el hecho de que hoy día uno de cada ocho ovetenses figura entre sus socios. 
Además de estrechar lazos con otros centros asturianos americanos y españoles, el centro asturiano organiza, diversas actividades culturales y deportivas en sus instalaciones. 
Su Club de Campo, en el Monte Naranco, cuenta con un edificio principal de dos plantas en el que se localizan varias salas de lectura y para exposiciones, biblioteca, salas de juegos, salón de actos, ludoteca-guardería infantil y cafetería, entre otros. Está rodeado por amplias zonas de recreo con piscinas, canchas de tenis, polideportivos, campos de fútbol e instalaciones para juegos tradicionales. 
En la calle Uría también tiene salones de lectura y de juego, biblioteca, cafetería,… Igualmente, es propietario de un salón de bingo en la Calle Longoria Carvajal."

Tupidas sebes, tan altas como una persona o más, separan el Camino de las fincas colindantes. Seguimos bajando suavemente hacia las casas de El Caserón, paso al barrio de La Bolgachina y verdadera transición entre lo rural y lo urbano a medio kilómetro escaso de los edificios de la urbe



Realmente El Caserón abarcaba varios lugares, como nos explica Casaprima Collera en su Diccionario Geográfico del concejo de Oviedo:
"Lugar situado a 0,5 km de Oviedo, prácticamente unido a la urbe como continuación de La Bolgachina, por cuya carretera se accede. El caserío se emplaza a 290 m de altitud, en el llamado alto de La Bolgachina (también llamado alto de La Manjoya), orientado hacia Oviedo. Y es que, en realidad, coincide El Caserón con lo que antiguamente se llamaba La Manjoya, abarcando tanto El Caserón, como La Bolgachina, La Merced, Los Barreros, El Medio, Los Prietos y la Venta del Gallo, siempre alrededor del camino por donde entraban los peregrinos que se dirigían a San Salvador."

En El Caserón está el cruce con la ya mencionada carretera a Llamascura, antigua fábrica de explosivos, que es actualmente el gran eje poblacional y de comunicaciones de la parroquia. En ella sí hay bastante tráfico en muchas ocasiones, pues está cerca además del Cementerio de El Salvador en Los Arenales, y hemos de cruzar con mucha precaución


La carretera sigue más o menos el trazado del Camín Real de Quirós, ruta ancestral seguida por los peregrinos que pasaban de León a Asturias por el Puerto Ventana, subiendo desde Babia y llegando aquí por los puertos del Aramo y Caces, aunque como todos los caminos con diferentes ramales


Serían las dos pues, rutas salvadoranas, como lo son las del Camino Allerano, por los puertos al este de Payares, pero los peregrinos serían verdaderamente solo una parte de sus transeúntes, los más serían posiblemente arrieros, los grandes transportistas de la antigüedad, y un sinfín de viajeros tales como emigrantes estacionales a la siega a Castilla, artesanos ambulantes como tejeros, cesteros y zapateros, pastores de la trashumancia, vaqueros o vaqueiros de las brañas del puerto a las de los valles y la marina, funcionarios en rutas de censos, exploraciones y pesquisas y hasta pícaros y salteadores


Y habríamos de incluir por supuesto a invasores, ya hemos hablado de Publio Carisio pero es muy fácil que por allí llegase en el año 795 el ejército del emir Hixem I arrasando, por segundo año seguido, la naciente capital asturiana, corte de Alfonso II El Casto (el año anterior habían entrado por La Mesa, aún más al occidente, sufriendo un desastre en Lutos, hoy Los Llodos)


El Caserón debe su nombre a un caserón que realmente existió en el lugar y que es actualmente la sidrería así llamada, que empezamos a ver, a la izquierda del cruce, como nos dice una vez más Casaprima Collera:
"Obedece el topónimo al gran caserón de piedra, de origen medieval, que se levantaba en el cruce existente en el lugar y que, según la tradición, servía antaño como mesón o posada a los romeros para descansar, reponer fuerzas y asearse antes de entrar en Oviedo".

La Bolgachina, por su parte, es también un topónimo caminero por excelencia y muy antiguo, prerromano incluso, como dice García Arias: 
"Creemos que la palabra asturiana güelga o buelga ‘camino que se abre entre la nieve, vegetación o maleza’, ‘acequia’, ‘sitio muy húmedo’, así como el correspondiente verbo bolguiar ‘hacer güelga’ se explican mejor partiendo del céltico OLCAM ‘campus fecundus’, ‘terreno laborable’ que del latín ORCAM ‘olla, tinaja’ "

Sucesora del mesón medieval es pues la Sidrería El Caserón, que en origen se trataba de uno de aquellos entrañables chigres-tienda, inaugurado en 1898 y cuya fundadora se llamaba Engracia, a la que sucedieron su hijo Pepe y su mujer Consuelo Muñiz. Luego pasó a regentarlo su hijo Mateo Álvarez Muñiz. Antaño había bailes los domingos, como también nos cuenta Alejandro García en su artículo "Buena situación y vistas":
"La parroquia tiene unos cuantos bares y restaurantes, pero el más emblemático y antiguo de la parroquia es el bar y tienda El Caserón, negocio familiar que pasa de una generación a otra. «En El Caserón hace años se celebraban bailes tradicionales asturianos, había mucho jaleo, subía y bajaba gente por el Camino de Santiago hasta el bar, ya no hay romerías y verbenas como las de antes», explica su dueño, Mateo Álvarez Muñiz, cuyos chorizos, morcillas y picadillo, elaborados artesanalmente en su trastienda, son muy apreciados en la zona, «ya casi no se puede encontrar embutido y alimentos como estos, la mayoría de las costumbres tradicionales se están perdiendo», comenta Pablo Gutiérrez, cliente del negocio".

El Camín Real de Quirós con el que ahora enlazamos formó parte de la llamada Ruta de los Neveros, por donde los arrieros traían desde el Aramo la nieve que abastecía de hielo a los cafés, hospitales y boticas ovetenses. Por eso, cuesta abajo, existe el topónimo La Nevera, como señala el investigador Fernández Ortega en La Nueva España del 20-1-2007:
"Al Aramo, por su proximidad a los núcleos más sobresalientes de la región, son frecuentes las incursiones de senderistas. Entre los numerosos senderos que rondan el Aramo, posiblemente pasará inadvertido para muchos uno de los caminos más tradicionales de aproximación al Angliru. Se trata de la Ruta de los Neveros, ancestral camino que recorrían, ya desde tiempos pretéritos, arrieros que porteaban nieve helada recogida en el Pozu del Gamonal. Ésta es una profunda sima de unos diez metros de diámetro ubicada en la ladera septentrional del pico Gamonal. En ella se desliza la nieve hasta sus entrañas, permaneciendo endurecida por las heladas hasta la época estival. 
El pozo, conocido por los lugareños de Riosa como «el puzu sin fundu», estaba accesible gracias a unas clavijas a modo de escaleras por donde descendían los «neveros» provistos de sogas para empaquetar la nieve en fardos con envoltura de paja. 
De ese tráfico sólo queda un lejano recuerdo, conservando algún topónimo como la fuente de Los Neveros y la casería de La Nevera, en San Lázaro. Otros vestigios son los pozos cercanos a la iglesia de La Manjoya, habilitados como almacén provisional en tanto la introducían en Oviedo. En un prado de La Salguerosa de Morcín aún se conserva otro pozo que servía como almacén de apoyo en la larga marcha a Oviedo. 
No sería desproporcionado que esta ancestral ruta sirviera de base en el proyecto inacabado y que implica a los cuatro municipios, Riosa, Morcín y Ribera de Arriba, además de Oviedo, para señalizar el itinerario que une a Oviedo con el Angliru por el sendero P. R. AS-143 «Ruta del Angliru».

Durante la Guerra Civil El Caserón fue utilizado por el ejército republicano que asediaba Oviedo/Uviéu, organizándose dese aquí un ataque que llegó al corazón de la ciudad. Antaño se cuenta que todo el camino estaba lleno de casquillos de balas. El escritor Ignacio Gracia Noriega realiza una completa semblanza del lugar en La Nueva España del 26-9-2009 que podemos leer en el apartado Territorios perdidos de la web de este autor:
"Saliendo por San Lázaro, a la derecha, donde antes estaba el bar Corzo, frente al instituto, se asciende por la carretera de la Bolgachina hasta El Caserón, barrio de la parroquia de Santiago de La Manjoya. El río Gafo separa las parroquias de La Manjoya y de San Lázaro de Oviedo, y su nombre, Gafo, certifica el paso de peregrinos por estos antiguos campos, y el temor a las enfermedades y plagas que los ambulantes pudieran transportar y trasmitir. De ahí la advocación de San Lázaro, que ahora afecta a todo el barrio y que lo fue del hospital que allí se encontraba. La Malatería, con setecientos años de vida, fue el establecimiento benéfico-sanitario más antiguo de la provincia, convertido en el siglo XX en asilo de ancianos. El barrio de San Lázaro, en la actualidad, se extiende desde el final de la calle del Arzobispo Guisasola hasta el alto del caño del Águila, en los Arenales, el barrio donde se encuentra el cementerio de El Salvador, bordeando la antigua carretera de Castilla. O sea: por el hospital se va al cementerio. 
Esta zona del sur de Oviedo, en torno al monte de San Lázaro, como se le llamaba en otro tiempo, está salpicada de aldeas y caseríos que todavía conservan algún resto de su condición rural, y en comparación de otras zonas de Oviedo, como El Cristo, es aún reconocible, al cabo de los años. Se ha construido, pero no de manera desaforada, y aunque desaparecieron la mayor parte de las viejas y agradables construcciones aldeanas (sustituidas en algunos casos por redundantes «casas de aldea» para uso de urbanícolas con pretensiones más o menos ecológicas), el paisaje no se diferencia demasiado del que yo conocí hace cuarenta años, cuando salía a pasear «con bastón y perro» (en rigor, dos perros, «Revólver», setter laverack, y «Black», pointer, ambos inolvidables, y un bastón ferrado andorrano, que todavía conservo), y las edificaciones de antaño han sido sustituidas por chalets con parcela de jardín. Las vistas, por una parte Oviedo a los pies y el Naranco, y por la otra el valle del Nalón en el que destaca la térmica de Soto de Ribera, al pie del Monsacro, con la sierra del Aramo detrás, son estupendas, y se añade que los ruidos de Oviedo no llegan hasta aquí. (...) 
En fin, sigamos en dirección a La Manjoya, hasta el bar El Caserón (...)
Vamos por la carretera de la Bolgachina, que sube sin excesos, hasta la aldea de El Caserón, donde el camino se bifurca: a la derecha desciende hacia La Manjoya, y a la izquierda sigue hasta los Arenales, en la antigua carretera de Castilla. Un poco más arriba había tres casas al borde de la carretera, y en los bajos de dos de ellas, dos bares de categoría y prestigio, Casa Arturo el Juez y Casa el Sastre. En uno de los dos, o en los dos, preparaban callos formidables, y era una delicia comerlos con una botella de vino, en la mesa junto a la ventana, desde la que se veían Oviedo, el Naranco, y la sucesión de colinas sobre la gran llanura que se extiende hacia Pola de Siero. 
También de El Caserón, al frente, parte un camino que conduce a Morente, aldea de la que es el dicho «si malo es el pueblo, peor es la gente». Pero no se alarmen: no es que los vecinos de Morente sean mala gente, sino que ese apelativo poco agradable obedece a motivos de rima y métrica. Exactamente lo mismo que «asturiano, hombre vano y mal cristiano», dicho un tanto arbitrario, tal vez, en el que se aprovechan las rimas consonantes de «vano», «asturiano» y «cristiano». Podía decirse, por el mismo motivo, «buen cristiano», o bien, «Morente, si bueno es el pueblo, mejor es la gente», mas parece que elogiar a un pueblo o a un grupo de personas no hace tanta gracia como sacarles defectos. 
De Morente era uno de los grandes personajes españoles del siglo XV y primeros años del siglo XVI, Alonso de Quintanilla, contador de los Reyes Católicos, que creyó en las supuestas fantasías de Cristóbal Colón e hizo posible su viaje a las Indias por el oeste: algo mucho más importante a todos los efectos que poner a correr a Fernando Alonso en solitario por una ciudad cercada desde dentro y que desde la revolución del 34 no había sufrido convulsión parecida. De Alonso de Quintanilla decía el maestro Antonio de Nebrija que parecía extraño que hombre de tal brillo hubiera surgido de una tierra tan oscura como Asturias. Lo que viene a significar que siendo Morente la patria chica de Quintanilla, es de los sitios menos oscuros de Asturias, gracias a él. 
Detengámonos, al fin, en El Caserón. Haciendo esquina en la carretera que sube desde San Lázaro y la que desciende hacia La Manjoya, se encuentra, en los bajos de una casa aislada, de buenas trazas, uno de los últimos bares-tienda de Asturias. Antes había otro en Vegalencia, frente a Soto de Ribera, pero ya cerró. El bar-tienda de El Caserón está en funcionamiento desde 1898: Pepe Monteserín le dedicó unas líneas con este motivo, que el actual dueño del bar tiene enmarcadas y colgadas de la pared, como debe ser. A las actividades del bar y la tienda se añadía la amenidad de organizar bailes los domingos. La fundadora de la tienda se llamaba Engracia, y al morir ella, se hizo cargo su hijo Pepe, casado con Consuelo Muñiz, de Llamaoscura, La Fábrica (que es como llaman a La Manjoya), y que todavía vive: cumplió los 94 años el pasado 15 de septiembre. 
El bar-tienda que yo conocí hace años tenía dos entradas, una al camino de San Lázaro y otra a la de La Manjoya, y el bar estaba separado de la tienda por un arco. Se entraba directamente al bar, cuyo piso era de tablones de madera, y la tienda se encontraba en la parte en la que ahora está la cocina. En la pared que separaba el bar de la tienda había una curiosa lámina enmarcada que representaba una escena de la vida de la aldea en una jornada de invierno: varios aldeanos, protegidos detrás de una pared y armados con azadas, palas de dientes y palos, acechaban a un jabalí.Ya he descrito esta lámina en otros artículos. Varias mesas se distribuían por el local y detrás del mostrador, que era reducido, había una estantería de madera.Yal otro lado de la carretera, en el camino que va a Morente y Caxigal, hubo una bolera de la que solo queda el nombre: Xugu la bolera. 
En la actualidad han tapado una de las entradas (la de La Manjoya) y agrandado la barra. El Caserón fue bar-tienda ininterrumpidamente, hasta la Guerra Civil, que se utilizó de comandancia, desde la que se organizaba el cerco de Oviedo (el otro, el anterior), y desde aquí se decidió un ataque que llegó hasta la Puerta Nueva: todo el camino, según me cuenta Mateo, quedó lleno de casquillos de balas. De El Caserón era uno de los socialistas históricos de Oviedo, un hombre viejo, grande, sentencioso, con gafas y boina, llamado Mateo. Contactaba con Emilio Llaneza en Cabornio, y a través de éste, con Latores: de modo que el primitivo socialismo ovetense de los años setenta del pasado siglo, no entraba en la ciudad. Ahora, al cabo de los años, Mateo, sobrino de aquel Mateo, me cuenta cosas de El Caserón que yo les transmito a ustedes.

Sin duda pues, El Caserón merece la visita del peregrino dada su trascendencia en la historia local y en la del Camino, un buen lugar para tomar algo antes de entrar en la gran ciudad. Otro escritor, Pepe Monteserín, también escribe de él en el año 2009 para La Nueva España:
"El Caserón, construido en 1898, dio nombre a su barrio, en La Manjoya. En los años cuarenta fue famosa su sala de baile a la que, además de los vecinos del lugar, acudían parroquianos de Los Barreros, Cabornio, Campiello, Los Corzos, Fuente del Forno, La Granda, La Bolgachina, Llamaoscura, El Medio, La Merced, Los Prietos, La Rodada y San Torcuato y gente de San Esteban de las Cruces, Morente y San Lázaro. El baile empezaba con armoniosos pasodobles y terminaba a palos; ¡lástima que todo eso se pierda! El Caserón, atendido en la barra por Manolo y en la cocina por su Carmen, es hoy palacio de fabes, pote, callos, mollejas, arbejos y huevos fritos de esos altos, que no se desparraman gracias a la magnífica tensión superficial de la clara... Productos de su huerta, adyacente, y de la carnicería de Mateo, al lado. No sé para qué cuento esto; luego, todo se sabe."

Nos acercamos hasta la barra, donde nos atienden amablemente y acaso haya tiempo, si no hay mucha gente y bullicio, para conversar de estas y otras historias de tan popular y veterano establecimiento


Ristras de chorizos y morcillas cuelgan del techo; detrás de la barra están las bebidas, al fondo la cocina, a la derecha bufandas del Real Oviedo...


Verdaderos altares deportivos y de la afición, al pie de la pantalla de televisión, donde se asiste a los trepidantes partidos


Fotografías antiguas, bufandas también del equipo de fútbol local, el C.D. La Manjoya, y fotos y pizarras que nos ofrecen las excelencias culinarias que podemos degustar


Llegamos avanzada la tarde pero aún coincidimos con algunos comensales que dan cuenta de loa manjares del lugar regados con rica sidra asturiana


Llamativas ventanas de arco de medio punto miran al cruce y, entre ellas, más cuadros, fotos, estampas y algunos artículos periodísticos


Nos detenemos especialmente en esta pared


Bien enmarcado, el artículo "Buena situación y vistas" de Alejandro García al que hemo hecho varias referencias


Testigos de tres siglos, este es de Milio'l del Nido para la serie Chigreros


Y he aquí el también reseñado de Pepe Monteserín


El Caserón en los años 1950 a 1980


Y años 1980-1990, ya casi como está ahora...


La puerta, también de arco de medio punto y al lado, más fotos del Real Oviedo y bufandas de sus peñas y aficiones


Fotos del ayer y del ahora


Un verdadero museo local digno de ver ya a las puertas de la 'ciudad del Salvador'


A nuestro humilde y modesto modo de ver, el Camino no es solo mover las piernas y ponerse a andar y, en lo tocante a su patrimonio, no son solamente las catedrales, iglesias, murallas y palacios, también son estos lugares como El Caserón y tantos otros, compendio de la historia cotidiana, y también del presente diario, de vecinos, visitantes y peregrinos


Cierto es que el peregrino tampoco tiene tiempo para parar y detenerse a verlo todo y a conocerlo todo, ni mucho menos, pero una de las funciones que desea conseguir este blog es ofrecerle un compendio de todo ello para que, sobre la marcha, decida qué puede parecerle más interesante y, en este sentido, El Caserón, con su historia y su presente es un buen lugar para detenerse y disfrutar de él y de todo cuanto nos ofrece para alimentar el cuerpo y el espíritu pues, como suele decirse, "no solo de Camino vive el peregrino"


Tras el cruce de El Caserón estarían aquellos bares de Casa Arturo El Juez y Casa El Sastre de los que también escribía Gracia Noriega y de los que algún día otro buen cronista desentrañe sus historias


A la izquierda la acera desaparece y derecha hay una muy estrecha. En esta zona sí puede haber cierta intensidad de tráfico de vehículos, tengamos cuidado


Empezamos pues la bajada de la Carretera la Bolgachina, hacia el valle del río Gafu, sin duda un camino muy cambiado respecto al de los tiempos de los arrieros de la nieve en la Ruta de los Neveros, no digamos ya al de los guerreros de la razzia de Hixem y, por supuesto, al de aquellos que le dieron nombre de senda entre 'nieve, vegetación o maleza' que apuntaba García Arias


Más arriba es el Centro Social de La Manxoya, en las antiguas escuelas de La Mercé o La Merced, topónimo vinculado a una capilla de esta advocación, del siglo XVI, reformada por el arquitecto Domingo de Mortera y destruida en la Guerra Civil


Un alto muro sirve de contención del terreno a la derecha y, a la izquierda, un guardarraíl separa la carretera del boscaje



Pasamos la parada de autobús de El Caserón, aquí debió de estar otro de los bares del barrio


La de La Bolgachina es una "Carretera cuya denominación es histórica y que sale de la calle Armando Collar en el barrio de San Lázaro", dicen de esta carretera en la Enciclopedia de Oviedo


Una flecha amarilla en el reverso de una señal confirma que vamos por el buen camino. Pero aunque hagamos alguna foro desde el guardarraíl lo adecuado es ir por la acera de la derecha


A la izquierda y al pie de la carretera y de las casas, parajes boscosos, casi selváticos, hacia el valle del río Gafu, Campiello y El Toral, donde existieron canteras de arena


Se llega a reconocer perfectamente bien, a la izquierda de la foto, los enlaces del Scalextric entre la A-66 Autovía de la Plata, la A-63 Autovía de la Espina y la N-630 al sur de Buenavista y El Cristo. De la misma manera que los antiguos caminos reales se unen al llegar a la ciudad para separarse también a un tiempo, lo mismo hacen después las carreteras y las autopistas


 la Vía Verde de Fuso de la Reina, en el Parque de Invierno, antiguo trazado ferroviario y actual ruta paseante y senderista, así descrita en Turismo Asturias:
"Transición es la palabra que define a esta antigua vía férrea, que nos lleva de lo urbano a lo rural y de aquí a lo casi selvático. Desde Oviedo/Uviéu a Fuso y Les Caldes, en unos 7,5 kilómetros el paisaje va cambiando y, aunque siempre por asfalto, vamos dejando atrás calles, coches, ruido… y poco a poco van apareciendo sonidos de aves, vacas y, por fin, la tranquilidad del río. 
De las plantaciones del Parque de Invierno vamos hasta los encinares sobre roca caliza del final de la ruta, sobre el río Nalón. Avellanos, carbayos, abedules y encinas nos acompañan en nuestro paseo. 
Tampoco nos faltan ánades reales, pájaros carpinteros o reyezuelos listados, entre otras muchas especies de aves forestales. Acabemos en Fuso o en Les Caldes, el verde y el río nos acompañarán hasta el final. 
Golf, túneles, un molino e incluso aguas termales completan la oferta de esta ruta."

Asoman aquí más cerca, las casas de Campiello, "situado al 260 m de altitud y orientado hacia el Parque de Invierno", confirma Adolfo Casaprima Collera, antiguo campo ahora edificado de chalets, "Campiello hace referencia a una pradera, aunque en este caso un diminutivo indica que su tamaño no es grande"


Torres de edificios miran a La Peña Llampaya  y se yerguen en las inmediaciones de lo que fue Olivares, actualmente un amplio barrio "entre la calle Fuertes Acevedo (por el sur, es la zona más elevada, a 300 m de altitud), y la calle Fuente de la Plata (por el norte, representa el lugar más bajo, a 200 m)", dice Collera, a lo que añadimos que se halla en este mismo lugar al lado mismo del Camino Primitivo, pero sigamos leyendo a este gran erudito de la historia y geografía ovetenses:
"Entre ambos puntos serpentea la que hasta hace bien poco se llamó carretera de Olivares, pues se trataba de una zona fuera del casco urbano y eminentemente rural. Hoy día cuenta con varios viales urbano, urbanizaciones de chalés adosados y de viviendas unifamiliares cerradas, quedando muy pocas caserías de tipología tradicional. El núcleo central de Olivares lo forma la Cuesta, si bien también hay diferenciada La Cruz, El Cotariello, La Campa, El Casal, La Frialdad, La Torre y La Vallina. Posee Olivares una buena visión de la parte occidental de la sierra del Naranco, a la que está orientado, mirando al norte. Como el topónimo sugiere, en la zona debió abundar -o al menos existir- alguna especie de olivo".

Desde que Adolfo Casaprima Collera publicó su Diccionario geográfico del concejo de Oviedo en 2002 toda esta zona de Buenavista, Olivares El Cristo, y otras han multiplicado sus urbanizaciones con infinidad de nuevos bloques, abriéndose nuevas calles y plazas


En medio de estos bosques al sur de Campiello, se encuentra el Albergue de Animales de Oviedo, "en las praderas conocidas como El Carneru", interesante topónimo que ha de explicarnos García Arias:
"El carneru no aparece en toponimia mayor aunque es ya palabra conocida en nuestra docu mentación antigua pues en el año 990 aparece “uno carnero” (...). Podemos dudar si los topónimos del tipo Carneiru se refieren directamente al macho de la oveja o si, por el contrario, han de considerarse simplemente derivados del lat. CARNARIUM ‘despensa’ ‘lugar donde se deposita carne (para presa de alimañas)."

Las nuevas urbanizaciones en la loma de El Cristo ya nos ocultan incluso la iglesia y los famosos depósitos de agua, en el lugar de Aspra, llamado en un documento fechado en el siglo X "monte Aspera", donde "se encuentra el santuario del Cristo de las Cadenas, también llamado del Cristo de L'Aspra", señala Casaprima Collera:
"... del que hay noticias desde hace varios siglos, cuando era inicialmente una ermita. Junto a ella se celebraba una concurrida romería el 14 de septiembre, que desde hace ya varios años se ha trasladado al domingo siguiente al de la festividad de San Mateo. La capilla había sido reedificada por Juan Miguel de la Guardia en 1890, en estilo neogótico y reconstruida tras la guerra civil. En Aspra se encuentra el campus del Cristo de la Universidad de Oviedo, con varias facultades, escuelas universitarias e instalaciones deportivas (piscinas climatizadas y descubiertas, campo de fútbol, pistas polideportivas y canchas de tenis). También se halla en el lugar el observatorio astronómico provincial. Merece especial atención el depósito de aguas del Cristo, construido en El Picayón por Ildefonso Sánchez del Río en 1926 (...). El topónimo recuerda un cierto tipo de piedra, de color parduzco y de gran dureza, empleada para afilar instrumentos de cobre. En la zona se hallaron diversos vestigios prehistóricos que ya apuntaban la utilización de esta piedra en la confección de hachas y lanzas".

Más al oeste, la parroquia de Llatores es, como esta de La Manxoya, ya más residencial que eminentemente rural, antigua posesión de un tal Latturus posiblemente, por donde sigue el río Gafu a desembocar al Nalón


Reconocemos la A-63 y los edificios del Centro Médico de Asturias, bajo los montes de La Ensierta y el lugar de El Robleo, ambos en dicha parroquia. Más en la lejanía está El Picu la Medina, en la parroquia de Sograndio, con sus dos cimas de 321 y 341 m y donde se explotan varias canteras



Más a la izquierda es El Picu Siones (475 m), parroquia de Caces, que separa el valle del Nalón del de su afluente el Trubia. Más en la lejanía son las serranías del valle del Cubia, otro afluente más del Nalón, en Grado/Grau, paso asimismo del Camino Primitivo


Y seguimos por la Carretera La Bolgachina, también llamada La Cuesta la Bolgachina, en La Mercé o La Merced, donde la vía serpentea entre las casas mientras va perdiendo altura paulatinamente


"Casería de El Caserón situada a escasos 200 metros del casco urbano de Oviedo. Se accede por la carretera de La Bolgachina", escribe Adolfo Casaprima Collera de este lugar en las que las casas se concentran formando calle


"Las casas, chalés con jardines de reciente construcción, se levantan a una altitud ascendente entre los 290 y los 310 m", como es este el caso, verdadera atalaya sobre la ciudad de El Salvador


Cuesta abajo, un rellano al oeste de La Bolgachina es zona de expansión urbanística con colonias de chalets, por ahí va la calle de los Derechos Humanos, "enclave que experimenta una intensa urbanización, pasando por delante de la iglesia de la Majoya y discurriendo en dirección Oeste hasta confluir con la Calle José García Nieto", explica la Enciclopedia de Oviedo, que cuenta asimismo de esta segunda calle lo siguiente:
"El 7 de marzo de 1989 el Ayuntamiento de Oviedo aprobó dar el nombre de José García Nieto a una calle del barrio La Bolgachina, donde nació el poeta. Durante la inauguración de la calle, el propio poeta leyó unos versos bajo el título Versos al cabo de mi calle".

De este insigne poeta ovetense estimamos muy oportuno compartir la biografía que de él hallamos en la Wikipedia:
"José García Nieto nace en Oviedo el 6 de julio de 1914, en el n.º 8 de la calle Portugalete —hoy Melquíades Álvarez n.º 6—. Hijo de José García Lueso y María de la Encarnación Nieto Fernández. El padre, que tenía la carrera de Derecho, se dedicó al periodismo. Pierde a su padre a la edad de nueve años y vive con su madre en ciudades como ZaragozaToledo​ y Madrid, donde estudia el bachillerato y comienza a escribir versos. Al comenzar la guerra Civil española (1936-1939), ocupa el puesto de secretario del Ayuntamiento de Chamartín de la Rosa —que luego sería absorbido por el Ayuntamiento de Madrid—, es movilizado y al terminar la guerra vuelve al Ayuntamiento. Comenzó estudios de ciencia exactas, que abandonó para dedicarse al periodismo en Madrid. En Madrid se instala en 1939 donde contactó con el círculo literario del Café Gijón y en la primavera de 1943 fundó la revista Garcilaso, órgano de la generación poética de posguerra, neogarcilasista y formalista. 
Desde entonces se dedica a la literatura, especialmente a la poesía, al teatro, incluyendo la adaptación de clásicos españoles, y al guion cinematográfico. Ha sido galardonado en numerosas ocasiones, entre ellas en 1950 con el Premio Adonáis por Dama de soledad, el Premio Fastenrath de la Real Academia Española por Geografía es amor en 1955 y el Premio Nacional de Literatura en dos ocasiones, 1951 y 1957. En 1980 obtiene el Premio Mariano de Cavia de periodismo y poco más tarde, el 28 de enero de 1982, es elegido académico de la Real Academia Española ocupando el sillón "i" que dejó vacante José María Pemán. Así mismo, obtiene en 1987 el Premio González-Ruano de periodismo y en 1996 el Premio Cervantes por el conjunto de su obra. 
Fue director de las revistas Garcilaso, Poesía Española y la continuación de ésta, Poesía Hispánica. En ellas publicaron, entre otros, escritores y poetas como Luis RosalesLeopoldo PaneroMaría Victoria AtenciaJuan José CuadrosRamón de GarciasolManuel Álvarez OrtegaJuan Antonio VillacañasJuan Van HalenConcha LagosCarlos MurcianoFrancisco UmbralAngelina GatellJorge Teillier, y José Miguel Ullán. 
En el centenario de su nacimiento, la Biblioteca Nacional de España rindió homenaje a José García Nieto. En dicho homenaje participaron: Paloma García-Nieto, hija del poeta, Víctor García de la ConchaJosé Manuel Blecua y la directora de la Biblioteca Nacional Ana Santos Aramburo. 
Su hija, Paloma García-Nieto, presidenta de la Fundación García Nieto, depositó en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, un legado «in memoriam»,​ con diversos objetos: el primer borrador del discurso con el que José García Nieto ingresó en la Real Academia Española (1982); la máquina de escribir que el poeta utilizó, junto diez números originales de la revista «Garcilaso»

Estamos pues en calles de peregrinos y poetas "en plena cuesta de La Bolgachina o de La Manjoya, en el tramo intermedio existente entre la iglesia parroquial y El Caserón", dice Collera viniendo en sentido contrario, viniendo de la ciudad por la iglesia parroquial de Santiago, de llamativa advocación jacobea, una muestra más de la relación de la parroquia con el trasiego de peregrinos...


No vemos aún la iglesia parroquial, pero la ciudad solamente en parte; la verdad que hasta que no estemos justo encima no veremos la parte antigua, ante la que exclamaban el mon joie los peregrinos salvadoranos y jacobitas que deseaban visitar las sagradas reliquias, como bien dice la Xacopedia:
"Atraídos por estas reliquias, muchos de los peregrinos del Camino Francés se desviaban por el puerto de Pajares hacia Oviedo, tras haber visitado en León los restos de San Isidoro. Así también, quienes recorrían la Ruta del Norte podían abandonarla en Villaviciosa y lugares próximos para encaminarse en dirección a la catedral ovetense. Estos podían después continuar su viaje a Santiago siguiendo el actualmente denominado Camino Primitivo. También hay referencias de peregrinos que realizaban esta visita al volver de Santiago
Algunos historiadores interpretan que el impulso dado al Arca Santa por parte de estos monarcas, en concreto en el caso de Alfonso VI, fue una “reacción de la iglesia de Oviedo, celosa de su antiguo prestigio capitalino, ante el auge logrado por la peregrinación compostelana”. En esta línea, hay quienes sostienen que la peregrinación al Salvador tiene un cierto fondo de disputa con Santiago. El historiador compostelano Serafín Moralejo concluye que Oviedo pudo haber rivalizado con Santiago de Compostela, “contentándose al fin con su papel de etapa en el camino alternativo al francés”.

Ciertamente, no pocos historiadores han vislumbrado una competencia del Salvador con Santiago, la cual se mantuvo durante la Edad Media y parte de la Moderna:
"De todos modos, durante la Edad Media Oviedo se convirtió en el segundo destino más visitado -después de Santiago de Compostela- por las peregrinaciones expiatorias, a pesar de haber perdido la capitalidad del Reino en el 910 y de que el Camino Francés se hubiera consolidado como ruta mayoritaria en el siglo XI. 
La masiva llegada de viajeros a partir del siglo XI, tras la visita de Alfonso VI a la Cámara Santa, obliga al rey a fundar un hospital para pobres peregrinos, donando en 1096 el palatio Francisco, que con el tiempo dará paso al gran hospital de San Juan. Esta institución posibilita la formación de un auténtico barrio de francos bajo las murallas ovetenses desde los últimos decenios del siglo XI. A este centro le siguen muchos otros, hoy desaparecidos como los que se encontraban entre la catedral y la puerta de Socastiello: el de San Juan y el albergue de Santiago de los Hortelanos, que fue convertido en hospital en el siglo XVI por el obispo Jerónimo de Velasco."


Espléndido huerto al pie de la carretera, símbolo de la transición de lo rural a lo residencial y urbano en estos hermosos arrabales ovetenses


Paisajes hacia el occidente, hacia Llatores, Caces, Sograndio, Pintoria, Udrión... en días muy claros llegan a verse las montañas del alto Narcea


Los badenes de la carretera obligan a los coches a moderar la velocidad en La Cuesta la Bolgachina, que en la práctica ya viene a ser una calle plenamente urbana


Llegamos a otra de las paradas de autobús, frente a Villa Pilar...


A partir de Villa Pilar empieza a haber aceras también a la izquierda


Desde la entrada y según caminamos admiramos sus bellos jardines


A lo lejos, los campos de Santa Ana de Mexide, donde se festejó en su origen la fiesta de la cofradía la La Balesquida, hoy en día completamente urbanizados en lo que fue La Vega del Cristo, con La Iría la Vega, El Costón, las caserías de El Roncón y El Mayorazo


Se ve bien, abajo a la izquierda, la calle Riosa, donde se encuentra la capilla, que señalamos oportunamente en esta foto. Nos parece oportuno hacerlo pues, pese a la lejanía del Camino, el es origen de una multitudinaria fiesta ovetense con la que muy posiblemente muchos peregrinos coincidirán, siendo el Martes de Campo, el primer martes después de Pentecostés, el día grande, día fantástico, en primavera casi verano, para salir a comer a campos y parques de la ciudad, además por supuesto de por su renombrada y variada hostelería


El caminar por estas aceras y en liviana y muy llevadera cuesta abajo es muy agradable y bastante placentero a no ser por el cansancio que sin duda tendrán los peregrinos y la emoción por llegar a la ciudad tras una etapa que, más o menos corta, saliendo de Mieres o de Olloniego, ha tenido buenas cuestas arriba y abajo


A la derecha de la carretera vemos el arbolado ornamental de la Finca la Merced, en el cruce con el camino que comunica, arriba, con el centro social y con el barrio de Los Corzos...


Por aquí estuvo La Venta del Gallo para a tender a quienes transitaban por el antiguo camino, bien para entrar en la ciudad o bien para salir de ella.  Era esta "la Venta y vienes que llaman del Gallo, sitos en términos de este nombre", que en "1696 el hospital de San Lázaro dio en foro a Manuel Albarez Santullano y su mujer", pues era posesión del Hospital de San Lázaro de la Ciudad de Oviedo, antes de Cervielles y de Entrecaminos, donde se cuidaban pobres y leprosos, sito en el actual barrio de este nombre, al que vamos presto a llegar


De aquella antigua venta y de los caminos que aquí confluían para entrar en la ciudad, a la vez que se separaban al salir de ella, escribe Vicente José González García, sacerdote, historiador y arqueólogo en La Manjoya, "Monjove" o "Monte del Gozo" ovetense, artículo publicado en el Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago nº 50 (diciembre 2017):
"El Monte del Gozo: “mons Gaudii” o “monxoi” suele estar en las proximidades de una ciudad y guarda relación con la alegría que el pasajero o peregrino experimenta al llegar a lugar importante. 

El término es pagano y cristiano pues tanto unos como otros, paganos y cristianos, experimentaban esa alegría al final de un viaje o larga etapa. 

¿Es pagano o cristiano el “Monjoya” ovetense? No lo podemos precisar de momento. En la Manjoya confluían tres caminos importantes: uno procedía del Valle del Nalón (Tarna, Caso, Laviana, San Martín del Rey Aurelio y Sama) con torres y castillos abundantes en su recorrido: Caso, Villamorey, Condado, Ciaño, Riaño, Frieres, Entrepeñas, Tudela, etc.; otro venía de la zona del Caudal después de atravesar los puertos de S. Isidro, Vegarada, Piedrafta, La Carisia, Pajares y el Puerto de Pinos o Mieres) y el tercero llegaba de Babia por los puertos quirosanos de Ventana y el Aramo, Morcín, Ribera, Entre-puentes, S. Torcuato y La Nevera.

Los dos primeros, de las cuencas del Nalón y del Caudal se encontraban en la Fuente del Forno poco antes de llegar a la Venta del Gallo adonde llegaba el procedente de Ventana, originando allí el nombre de Entrecaminos o Entreambos Caminos Reales, conocidos también como Caminos de Castilla. Ellos, al unir sus brazos, abrazaban la citada Venta que los recibía y cobijaba amorosa.

A esos caminos ya existentes, desde los tiempos más remotos, se añadió el nombre de Santa María Magdalena de Entrecaminos y en el S. XV, 1458, el lugar recibía el nombre de Santa María Magdalena de San Lázaro de Entrecaminos. 

La Venta el Gallo era posada famosa, y próxima, de la ciudad, lugar de separación y de encuentro de pasajeros, arrieros o peregrinos que buscaban la zona meridional de la península como lugares de comercio. Por Tarna, San Isidro, Vegarada, Piedrafta, La Carisa, Pajares, Huerna y Ventana llegaron a Oviedo, en dirección a Santiago, multitud de peregrinos que venían de Navarra, Cataluña, etc. Y, concretamente el camino de Quirós era uno de los principales: servía de relación y enlace con la Diócesis de Oviedo en tierras leonesas: (el arcedianato de Babia: San Emiliano, Cabrillanes, Paredes, Luna, Riello, Carbajales, Armellada...) Villamor... Benavente y suponía unos 30 km. menos que el Camino de La Mesa en la distancia entre Astorga y Oviedo o Lucus Asturum: centros de la Asturias Augustana y de la Transmontana. 

De la Venta el Gallo, a la derecha, subiendo de Oviedo, salía el Camino de Ribera, Morcín y Quirós, Puerto de Ventana y muy próxima a la Venta, está la Nevera que en 1804 fue elegida como ideal para cementerio de la ciudad, aunque no fue aceptada la propuesta. En ese lugar estratégico como puede apreciarse actualmente, esa Nevera surtía de hielo del Aramo a la ciudad. A corta distancia estaba la iglesia de la Manjoya y poco más distante se encuentra el lugar de San Trucan, Torcao o Torcuato que recuerda al discípulo de Santiago. No hay capilla. Y la casona de San Torcuato, con vestigios arqueológicos interesantes, dominaba la zona. 

Por este camino llegaban de Astorga y de la Vía de la Plata los pasajeros de la Asturias augustana en dirección a la transmontana. 

Por aquí entraron en Oviedo las reliquias del Monsacro y multitud de peregrinos. Otero queda en otra dirección y el nombre de San Lázaro, más abajo de la Venta el Gallo, empezó a sonar como sustitución de otros nombres anteriores. 

La Venta del Gallo, según las escrituras del siglo pasado, era una “casa en buen estado... compuesta de planta baja y principal con cuadra, corral, cocina, varias habitaciones y un corredor al Mediodía; ocupaba una superfcie de 258 m2, y linda al norte y Oriente calleja, al mediodía huerta de esta herencia y al Poniente carretera de La Manjoya...” Esa carretera es moderna Perteneció durante algún tiempo a los Condes de Revillagigedo. 

La casa la poseyeron durante más de 30 años D. Alvaro Armada Valdés (que la adquirió por herencia de su madre Dª. María del Rosario Valdés) “y su esposa Dª. Manuela de las Paciencias Fernández de Córdoba, Condes de Revillagigedo vecinos que fueron de la Villa de Gijón... otorgaron testamento cerrado el 14-IV-1868...”. 

La Venta del Gallo, como otras Ventas del Gallo (Lucus Asturum) o ventas de Porcineiru (Babia), Trubaniello (Quirós), etc. eran moradas que servían de reposo, hospedaje y asilo ya en época romana?

Esta de la Manjoya marca un hito histórico en las afueras de la ciudad al ser remate de la Vía de la Plata, camino de las Reliquias, camino de Santiago, camino de Castilla y camino del Servicio Diocesano porque enlaza los arcedianatos de Babia y Oviedo (por el Puerto de Ventana) en la dirección más corta entre Torrebarrio y el centro asturiano. Vid. p. 27. Ha sido una pérdida lamentable la reciente desaparición de la Venta famosa, aunque, sin duda, aún se conservan los vestigios o cimientos de la construcción antigua".

Llamativamente existe otra Venta'l Gallo al norte de la ciudad, en el paso hacia la antigua Lucus Asturum fundada por los romanos tras la guerra de conquista en la actual Llugo (Llanera), y de ahí acaso al castro astur romanizado de Noega en la costa gijonesa; ¿cantaban los gallos a la alborada, despertando a los viajeros y por eso el nombre de las ventas?, ¿o tiene que ver con el gallo, palabra celta que está relacionada con 'piedra' como sospecha Arias?:
"...la expresión gallu o gallina pudo haberse aludido a un tipo de aves indeterminado e incluso a ciertas plantas herbáceas –gallines– o a realidades oro gráficas que guardaban algún parecido con la cresta de las aves (...) y que acaso mantenga el catalán gallorça ‘las elevaciones de las montañas’ (...) 
Algunos topónimos del tipo Gallegos podrían ser abundativos de gallu, otros referencia a gentes de procedencia gallega o de la antigua Gallaecia si se trata en zonas centro-sureñas de la península; en otros ejemplos parecen abundativos que guardan relación con la terminología de la piedra de origen céltico *GALLO ‘piedra"


Vicente José González García recoge la tradición de las dos etimologías posibles del topónimos de la parroquia, una la más conocida, que se esgrime por ejemplo en la famosa obra Las peregrinaciones a Santiago de Compostela, de Luis Vázquez de PargaJosé María Lacarra y Juan Uría Ríu, donde leemos:
"La posibilidad de relacionar este topónimo con el de Monxoy, cercano a la iglesia compostelana, en el sentido de que derivase de la imposición del grito de guerra francés trasladado por los peregrinos (en su mayoría franceses) al punto desde el que divisaban el termino de su viaje, como manifestación de júbilo, nos ha preocupado más de una vez. Hemos visto luego que otros pensaban lo mismo, afirmando que el Monjoi de los itinerarios medievales a Jerusalén, lo mismo que los de Santiago y la Manjoya de Oviedo, situados no lejos de importantes santuarios, deben ser considerados como muestra de la universalidad de la cultura de las peregrinaciones, cualesquiera que sean sus orígenes. La forma escrita más antigua que del topónimo ovetense en cuestión conocemos, aparece en un obituario de la Catedral de los siglos XIII y XIV, de esta manera: “eccl(es)sia s(an)e(t)i jacobi de la mo(n)ioya”

Y otra la del 'topónimo pagano', otra interpretación posible que plantean eruditos como Xosé Lluis García Arias: la de un Monte Iovia (Monte de Júpiter), un teónimo romano nada infrecuente, y menos en las vías imperiales o en montes sacralizados desde la antigüedad, como en ambos casos puede coincidir aquí


Uno de los apelativos del dios romano es el de tronante o tronador, pues además del padre de los dioses es deidad del rayo, Iuppiter Tonans, que como dice Wikipedia "era el aspecto ( numen ) de Júpiter venerada en el Templo de Iuppiter Tonante, que prometió Augusto en el año 26 aC y fue construido en el 22 a C en la Colina Capitolina; porque el emperador había escapado por poco de ser alcanzado por un rayo durante la campaña en Cantabria


Dado que Santiago es asimismo llamado por Jesucristo el Hijo del Trueno (Boanergues, ha querido verse en sus advocaciones una cristianización del dios romano, la cual estaría presente en el patrón de la parroquial, Santiago de la Manxoya, santo caminero y 'tronador', que empezamos a ver cuesta abajo, entre los árboles de las fincas de la carretera 


Pero antes que la iglesia vemos a nuestra izquierda las ruinas de la ermita de Santiago de La Manxoya, datada en el siglo XV, justo en el lugar donde se veía en todo su esplendor la torre de San Salvador y la propia ciudad de Oviedo/Uviéu, entonces bastante menos grande y extendida alrededor de la catedral, tal y como desde la ermita San Marcos se divisa la ciudad y la catedral al llegar a Santiago de Compostela en el Monte do Gozo


Una pared de piedra, que se nos antoja grandemente inestable, al borde del muro de la carretera y cubierta de hiedra, es todo lo que queda en pie del santuario


Esta porción de pared, que forma parte del lado de la portada, mirando al oeste, junto con lo que parece algo del muro meridional, presentan un estado bastante lamentable, apuntalado con unas barras metálicas y unas tablas para que no se derrumbe sobre la misma carretera



Milagrosamente se tiene en pie la portada, de arco de medio punto; entendemos que se hace necesario consolidar las ruinas de otra mejor manera, pues es más que evidente el riesgo de desmoronamiento total, tal y como puede verse


Sí se ha colocado una placa explicativa sobre el muro de hormigón  bajo el santuario, donde hay una concha jacobea


En ella se lee:
Camino de Santiago 
-------------------------------- 
RUINAS DE LA ERMITA
DE SANTIAGO DE LA MANJOYA
DATADA EN EL SIGLO XV

¿Fue la ermita de Santiago el primer santuario de La Manxoya, o ya contemporáneo a él hubo un templo parroquial con la misma advocación unos pocos metros más abajo?. Según la ficha del Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Asturas (IPAA) "la iglesia actual es fruto de una reconstrucción realizada en época barroca, probablemente sobre el solar de la primitiva iglesia del siglo XIV, con alguna reforma posterior..."


Y así, al pie del antiguo santuario de Santiago y La Merced, seguimos ruta a la gran urbe, viendo en primer término las casas de La Bolgachina, luego El Monte Chinto, los edificios de Montecerráu, donde hace años estaban las caserías de La Matorra, Carlones, El Coto o Quinta Fontela y hoy son urbanizaciones, Buenavista y el alto de El Cristo


Postes de madera irregulares que sirven de soporte a las alambradas delatan la pervivencia de los usos ganaderos tradicionales a las puertas mismas de la ciudad


Si bien hace muchísimo que no hay cuadras en las casas sí hay ganado que pasta en estos prados que siguen siendo 'de diente y guadaña' como se decía antes, es decir, de pasto y siega, una bucólica estampa de un mundo rural ganadero que se mantiene aún contra viento y marea


La acera de la izquierda desaparece y, aunque hay una vereda verde bastante ancha entre la carretera y la alambrada de la finca, seguramente avanzaremos mejor por la derecha, donde sí sigue la acera


Y en el margen derecho, llegando a la entrada de una finca, es donde tendremos una buena vista de la antigua colina de Ouetus o Ouetao, donde nació la ciudad



De todas maneras, aunque vemos la colina, las urbanizaciones de San Lázaro, Otero, Villafría y Fozaneldi nos ocultan el Antiguo o casco histórico ovetense. Allí habría estado la gran encrucijada de caminos ancestrales que, de norte a sur unos y de este a oeste otros, constituirían el origen de la población, antes incluso de la supuesta fundación del año 761


A la izquierda reconocemos parcialmente la nave, cabecera, sacristía y capilla lateral de la iglesia parroquial de Santiago de la Manxoya. Más abajo La Bolgachina llega al valle del río Gafu, que vamos a cruzar para subir a La Malatería, en San Lázaro. A la derecha, el barrio de Otero perteneció antaño a la parroquia de Santuyano o de San Julián de los Prados, la cual desapareció como entidad civil con la expansión de la ciudad, quedando dividida en lo eclesiástico en varias según surgían estos nuevos y populosos barrios, tal y como aconteció, al oeste, con la de San Pedro de los Arcos


Por Villafría nos da la noticia Adolfo Casaprima Collera que "bajaba en la edad media un primigenio acueducto construido en la época de Alfonso II El Casto para canalizar el agua desde el manantial de Anillos de la Granda (cota 300 m de San Esteban de las Cruces) hasta la fortaleza real", sita al lado, se supone, de la actual catedral (hay diversas opiniones)


Prados abajo reconocemos bien el viaducto de la A-66 con su siempre intenso tráfico. Muy diferente todo ello cuando Villafría era, entre la segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del XX, una de las zonas de expansión burguesa del extrarradio, donde vivían personalidades como el pintor Ricardo Montes, cuya casa desapareció en los combates de la Guerra Civil, o el alcalde José González Longoria Carbajal, que tenía una gran finca con casona de piedra y una capilla propia dedicada a su santo, San José


Fozaneldi era El Monte Otero, "hoy dentro del entramado urbano, limitado al oeste y sur por la ronda interior; por el este por el reguero Raposía; y por el norte con Tenderina Alta. Aunque su paulatina urbanización le confiere ya una estructuración y estética propia de la ciudad, con calles y bloques de edificios en altura, todavía queda alguna pequeña casa de tipología rural, con huerta adyacente, propia seguramente a desaparecer ante el auge de la expansión urbana", escribe en 2002 Casaprima Collera


No es fácil ver la catedral a la primera pero, si le dedicamos unos instantes, enseguida veremos el remate renacentista, o gótico-renacentista, reconstruido tras la destrucción del anterior por un rayo no demasiado tiempo después de darse por concluidas las obras de construcción, que duraron unos tres siglos, del XIII al XVI. Su estructura pétrea, además de asomar sobre los edificios, destaca con el fondo verde de la falda de La Cuesta Naranco


Antaño, el divisar la catedral constituía un momento muy especial para los peregrinos. Entonces, cuando la ciudad era muchísimo más pequeña, ya la verían desde bastante más atrás y sin necesidad de desviarse del Camino siquiera, así como todo el caserío circundante, y la muralla, ampliada sucesivamente a lo largo del tiempo hasta su casi desaparición entre los siglos XIX y XX, al tiempo que crecía el casco urbano


Incluso antes que existiesen la torre y catedral góticas, ya con la románica-prerrománica, que no vemos, tapada esta sí totalmente por los edificios, el templo de San Salvador luciría en todo su esplendor. Era entonces cuando los peregrinos se arrodillaban con júbilo, se abrazaban, o echaban a correr para entrar prestos en la Cámara Santa y venerar las Reliquias, acogiéndose a la asistencia de las fundaciones hospitalarias existentes en la ciudad


Los hospitales de peregrinos intramuros acogerían a los romeros salvadoranos y jacobitas así como algunos extramuros. El Hospital de San Lázaro, a la entrada de la ciudad por este Camino del Salvador, más que para peregrinos era para enfermos de una de las enfermedades más temidas de la antigüedad, la lepra, siendo sus enfermos leprosos llamados malatos, de ahí que las fundaciones se llamasen malaterías y estuviesen bajo el amparo y patrocinio de San Lázaro, existiendo notable confusión entre los lázaros de los evangelios, Lázaro de Betania, amigo de Jesús resucitado de entre los muertos, y Lázaro el mendigo de la parábola, conocido por ser un pobre y enfermo que esperaba a la puerta de un hombre rico, Epulón, las sobras de sus banquetes


No deja de llamar la atención que, pese al terrible temor que causaba la lepra a causa de sus padecimientos, llagas y deformaciones que provocaba, los malatos tuviesen sus hospitales por lo general en las vías principales de comunicación y, mismamente a la entrada de villas y ciudades, incluyendo capitales, como es este el caso, y por partida doble, pues esta antigua Malatería de San Lázaro de Cerbielles o Entrecaminos no era la única, al otro lado de la ciudad estaba la de San Lázaro de Paniceres, ya en la ruta de Galicia, el Camino Primitivo


Da en entenderse que acaso algunos de estos hospitales, en el sentido de hospedaje, que acogían por lo común y según estaba las más de las veces estipulado, a "pobres, peregrinos y enfermos", se especializasen en estos últimos y evolucionasen al término de hospital como sanatorio que conocemos en nuestros días. Y, dentro de los enfermos, en los leprosos o malatos que realmente y dadas las escasas nociones médicas imperantes, fuesen afectados por enfermedades no solo leprosas sino de cualquier mal de la piel que se tuviera por la misma enfermedad


Por otra parte, durante un tiempo y dadas las concesiones, donaciones y privilegios, así como el propio pago de los malatos por ingresar en estas fundaciones, que tuvieron las malaterías, amparadas por reyes, nobles, instituciones civiles, religiosas, y gentes con más o menos posibles, llegaron a verse como un negocio rentable hasta su decadencia definitiva y extinción en el siglo XVIII


Aquella antigua Malatería de San Lázaro, una de cuyas fachadas, mirando al Camino vemos parcialmente y detrás y a la derecha del edificio marrón anaranjado de la izquierda, al otro lado del viaducto, evolucionó después a asilo y fue reformado en los años de 1920 para mejorar en su cometido. Un poco más arriba, parece ser que los albergueros de la ciudad salían ya a recibir a los peregrinos para conducirles a su respectiva posada. Justo donde ahora se alza el Seminario Metropolitano, en cuyos bajos abre sus puertas precisamente el albergue público de peregrinos El Salvador
 

Antiguamente, aquella Rúa de los Albergueros estaba enfrente y al pie de la catedral, en la actual calle Schultz (que habría de ser correctamente Schulz), donde los peregrinos podrían hospedarse en ellos u optar por hacerlo en el Hospital de San Juan, construido sobre el antiguo palacio de Alfonso III El Magno por concesión de Alfonso VI en el siglo XI


Entre San Lázaro y la catedral está el barrio de Santo Domingo, llamado así por el convento e iglesia de esta advocación fundados en 1518 en lo que era el extrarradio de la ciudad por Fray Pablo de León, derribando la anterior ermita de San Pedro de Mestallón, de la que hay noticias desde el siglo XIII. La Carretera de Castilla se trazó por ahí en el siglo XVIII y se hizo la Puerta Nueva que, como su nombre indica, sustituiría a la Puerta Vieja de la muralla, situada más atrás, en lo que ahora es el Ayuntamiento


Aunque no lo vemos, lo mencionaremos porque pronto pasaremos por él, para ir a la Puerta Nueva caminaremos por el extremo de El Campillín más cercano a la Puerta Nueva y calle Magdalena. "Este lugar, por donde antiguamente entraban los peregrinos jacobeos a la ciudad, fue conocido primeramente como Campo de los Herreros, generalizándose desde los inicios del siglo XVIII el nombre de Campillín", nos explican en la Enciclopedia de Oviedo


A la izquierda de San Lázaro se sitúa el barrio de Los Catalanes, llamado de esta manera por los catalanes Coll y Malat, quienes compraron el cortijo hecho allí por otro catalán, ampliándolo para hacer una gran casería, la llamada Quinta de los Catalanes. Más antiguamente estaba allí el convento de los carmelitas


Y en la lejanía tenemos los 637 metros de altitud de El Picu'l Paisanu, la cota más alta de La Cuesta Naranco, a donde llega, subiendo desde la ciudad, la Carretera del Naranco o Avenida de los Monumentos, siendo una de las metas míticas de la Vuelta Ciclista a España y otras competiciones deportivas en lo que es un gran mirador sobre la ciudad y gran parte del centro de Asturias


Se ve desde la lejanía la gran estatua del Sagrado Corazón de Jesús, referencia visual para los peregrinos que entran y salen de la ciudad por cualquiera de los caminos existentes. Fue inaugurada el 5 de julio de 1981 tras casi dos décadas años de trabajos, pues la primera piedra de colocó el 21 de junio de 1963, si bien la primera idea había surgido en 1950 con el padre Vega y Ramoncita Bertrand


Con los brazos extendidos, la escultura se inspira en el Cristo Redentor de Rio de Janeiro y en su construcción y proyecto participaron destacados artistas, tal y como nos informa la Wikipedia:
"La escultura, hecha en piedra, es obra de Gerardo Zaragoza y Rafael Rodríguez Urrusti, y está datada en 1980. La escultura del Sagrado Corazón de Jesús fue diseñada por García Lomas; tenía treinta metros de altura y es obra de Gerardo Zaragoza, mientras que la de la Cruz de la Victoria, de 5 metros de altura, es obra de Rafael Rodríguez Urrusti.​ Para realizar el montaje de la obra se contó con el escultor ovetense José Antonio Nava Iglesias, quien realizó las mejoras y las copias necesarias para hacer frente a los desperfectos que el transporte había ocasionado al conjunto de la obra.​ 
Para sufragar los gastos se realizó una colecta popular en la que se recaudaron 10 de los 17 millones necesitados, lo cual permitía ver posible la realización del proyecto ideado en 1950 entre el padre Vega y Ramoncita Bertrand, con el apoyo de Sabino Álvarez Gendín (rector de la Universidad de Oviedo), y de otras personalidades de la vida ovetense y asturiana, para emular el que se había levantado en Río de Janeiro. Dieciocho años se tardaron en acabar el proyecto, que se inició el 21 de junio de 1963 con la colocación de la primera piedra, y se finalizó el 5 de julio de 1981, fecha en que se llevó a cabo su inauguración."

La Avenida de los Monumentos debe su nombre a dos monumentos del Arte Asturiano (prerrománico) existentes en la falda de la montaña, en la parroquia llamada precisamente como la montaña, Naranco, donde se encuentra la aldea de Casares con el lugar de El Mirador o El Peruchu, en la que dicha carretera hace una muy pronunciada curva...


Se trata de Santa María del Naranco y San Miguel de Lliño o Lillo, a los que dedicamos las oportunas entradas de blog, construidos en el reinado de Ramiro I y en los que ha querido verse lo que ha quedado a la vista de un conjunto palaciego del monarca que dio nombre al estilo ramirense, de gran singularidad y cuyo arquitecto es un gran desconocido aunque ha veces ha querido ponérsele nombre


La fachada meridional de Santa María del Naranco, bien visible en la distancia, muestra sus poderosos contrafuertes, reconocibles en la lejanía gracias al color claro-tostado de la piedra de su construcción. Se suponía podía haber sido palacio de audiencias o similar, pero el hallazgo de una tumba, acaso del rey fundador, abre la sospecha que pueda tratarse de un templo panteón. Un poco a su izquierda, la que fue la iglesia propiamente dicha, bajo la advocación de San Miguel está oculta por la vegetación. A sus pies se halla el Centro de Recepción e Interpretación, en la antigua escuela de Naranco


Las instalaciones del Centro Asturiano de Oviedo, de las que ya hemos hablado, se encuentran algo más a la izquierda, bajo la línea de cumbres a continuación del Picu'l Paisanu, los ya también mencionados Alto la Rasa y El Cantu Borbotón. Aquí abajo en primer plano, algunas casas en la calle José García Nieto


A la derecha del Picu'l Paisanu es El Pozu l'Agua (601 m), que pasó a ser más conocido a partir de la Guerra Civil como El Picu la Miliciana. En el Naranco existieron también pozos de nieve donde se acumulaba esta para luego ser vendida en la ciudad


Por la ladera oriental del Monte Naranco sale de la ciudad el Camino Norte de Santiago, subiendo de El Pontón de Vaqueros Cuyences, pasa pasar seguidamente a Villaperi, cruzando el río Nora en La Ponte Cayés para, atravesando de sur a norte el vecino concejo de Llanera, pasar al de Corvera y volver a ganar la costa en Avilés


Allí, la Torre de Teatinos, en medio de la foto), señala la salida de la ciudad para quienes optan por el Camino del Norte. Se trataba también de antiguas zonas rurales de la parroquia de Santuyano cuya incipiente urbanización fue destruida en la Guerra Civil, siendo reconstruida posteriormente, pero ya no mucho queda de aquellas casas, bastante insalubres, de la guerra y la posguerra. Dicha torre simboliza la reurbanización acontecida posteriormente, sobre todo a partir de la década de 1980, en ese área en la que los peregrinos salen del Antiguo vía las calles Gascona y Foncalada hacia Pumarín, pasando junto a la Fuente Foncalada y bastante cerca de la iglesia de Santuyano o San Julián de los Prados, sendos monumentos también del Arte Asturiano...


Un pegollu, como el de los hórreos y paneras, incluso con su pegollera o piedra puesta en horizontal para que no suban los roedores, está a la entrada de esta finca desde la que hemos visto estos paisajes de la ciudad y del Naranco. Por aquí, de nuevo con aceras a ambos lados de la calzada, seguimos bajando por la Carretera la Bolgachina en dirección a la iglesia y luego al valle del río Gafu


Al igual que los badenes, los límites de velocidad, pintados incluso con grandes señales en el suelo, revelan que entramos en zona urbana y densamente poblada


La bajada se hace más pronunciada cuando ya damos vista completa a la iglesia parroquial de Santiago de La Manxoya que, como hemos dicho anteriormente y en base a la ficha de Patrimonio, es la reconstrucción barroca de una iglesia anterior documentada en el siglo XIV, baja Edad Media


De todas maneras son evidentes reformas posteriores, como las efectuadas en el siglo XX en el cabildo, con su pared y pilares, así como el muro que cierra su campo, hoy en día asfaltado


Iglesia de estilo popular con sillería de rojiza arenisca en las esquina y la espadaña, con su campo cerrado por muros de piedra. Esta es su estructura explicada en Wikipedia:
"Consta de nave única con planta en forma de cruz griega y dos edificaciones anexas, una a cada lado de los brazos, en la cabecera. El testero es recto y no se diferencia en altura del alzado de la nave. El imafronte, parcialmente cubierto por el cabildo, deja ver en la parte superior del muro un óculo situado en el eje, una imposta en la parte superior, bajo las aletas curvas decoradas con jarrones en las esquinas y una espadaña de triple vano escalonado en la parte superior. 
La fábrica está realizada en mampostería enlucida y pintada, dejando a la vista los sillares bien trabajados en las cadenas de esquina, cornisa, impostas, recercos de vanos y espadaña. La cubierta de la nave es a dos aguas y tres en los brazos del crucero, ocupados por capillas laterales. La iluminación de la nave se hace por medio de ventanas del tipo buzón. Los anexos de los brazos también están realizados con el mismo tipo de materiales que el resto de la Iglesia. 
La iglesia, encuadrada en el Barroco popular, sufrió daños durante la Guerra Civil añadiéndose, posteriormente, parte de la estructura actual, el cabildo señalado en el texto anterior. La piedra, de característico color rojizo, probablemente procediera de las cercanas canteras de La Granda, en Oviedo. En su interior, en una de las capillas laterales, hay una imagen de Santiago Matamoros. En el exterior se instaló en el año 2010 una imagen de Santiago realizada en granito por un cantero gallego. La imagen fue costeada por los vecinos".

Contemplamos la estructura de la iglesia, en concreto este su costado sur, según bajamos por la carretera. La ficha del inventario de Patrimonio nos da otras interesantes noticias sobre esta iglesia y otra que existió en las inmediaciones, basándose en las pesquisas del erudito historiador, el sacerdote Francisco Javier Fernández Conde:
"No hay referencia específica a esta iglesia del periodo prerrománico sin embargo hay otras alusiones abajo recogidas y mención específica a la iglesia de San Cristóbal de Otero en las donaciones efectuadas por Ordoño II, a la Catedral de Oviedo. La iglesia de Otero situada en las proximidades de la Manjoya ha desaparecido sin saber el lugar exacto donde estaba situada. La actual parroquia de Santiago de la Manjoya aparece documentada en la nómina de iglesias ovetense recogida en el Libro Becerro de la Catedral de Oviedo efectuada por el Obispo D. Gutierre entre los años 1385 – 86"

En el año 2024 se recuperaron las fiestas de Santiago Apóstol tras un cuarto de siglo sin celebrarse, así daba la noticia Víctor Delgado en La Nueva España del 2 de septiembre de ese año:
"La diversión volvió al prado del Caserón veintiséis años después y lo hizo con la intención de quedarse. Los vecinos de La Manjoya recuperaron este fin de semana sus fiestas de Santiago Apóstol, que echaron ayer el cierre por todo lo alto. El cansancio del "día grande", con verbena incorporada, no hizo mella en los habitantes de la parroquia, que acudieron religiosamente a misa para después brindar por más reencuentros en una carpa abarrotada. "Este es un pueblo en el que las casas están muy dispersas. Muchos vecinos llevaban años sin verse", explica Paz Rey, organizadora de "este tinglado" a través de la asociación de vecinos de La Manjoya".

Cartel de aquel año 2024, el de las recuperadas fiestas...


Más bancos nos ofrecen la posibilidad de sentarnos cómodamente en lo que viene a ser un hermoso bulevar hacia el campo de la iglesia, situada en el cruce con la calle de los Derechos Humanos


Llegando a la iglesia vemos ya la bajada final por la Carretera la Bolgachina hacia el río Gafu y San Lázaro, solar de la antigua malatería


A la entrada al campo de la iglesia tenemos un mapa muy interesante que estimamos oportuno explicar


Es un mapa del Camino de Santiago... o de los caminos de Santiago que confluyen, entran y salen, en la ciudad


He aquí el Itinerario urbano; no es un tema baladí, seguir la señalización jacobita en una ciudad puede llegar a ser harto complicado y toda información es buena


En una esquina, un mapa pequeño con los caminos de Santiago oficiales en Asturias: Camino de la Costa (ahora más llamado Camino Norte) pintado azul, Camino del Salvador de granate y Camino Primitivo en rojo


En el mapa grande se ve cómo entra el Camino de San Salvador en la ciudad y cómo enlaza con el Camino Norte, que viene de Villaviciosa, Sariegu y Siero, y cómo prosigue desde la catedral hacia el Naranco. También cómo empieza el Camino primitivo desde la catedral


Vamos a empezar, abajo a la derecha, por nuestro camino, el de San Salvador


Aquí vemos que por esta carretera de La Bolgachina y tras pasar bajo el viaducto iremos a la izquierda por la calle de la Malatería, donde hubo un hospital de malatos o leprosos y luego, cruzando Gil Blas seguiremos por Aurelido del Llano para, cruzando también Muñoz Degraín tomar la calle Leopoldo Alas en dirección al Albergue de Peregrinos El Salvador, en los bajos del Seminario


Luego de Leopoldo Alas seguiremos a El Campillín para inmediatamente entrar en el centro histórico por la calle Magdalena y llegar ante el Ayuntamiento en la Plaza de la Constitución


Desde el Ayuntamiento por la calle Cimadevilla avanzaríamos por lo que fue la ciudad intramuros, esto es, la que estaba dentro de las primitivas murallas, llegando a la Plaza de la Catedral o de Alfonso II El Casto. La visita a San Salvador y a la Cámara Salta representan el final del Camino del Salvador y... el comienzo de otros


De azul vemos cómo entra en el antiguo el Camino Norte, tras atravesar los barrios de Ventanielles y La Tenderina. Realmente hay otra entrada por La Corrada del Obispo


Frente a la catedral salen el Camino Norte y el Camino Primitivo. El Camino Norte, de color azul, va por la calle Águila a la de La Gascona, El Bulevar de la Sidra, afamada por sus sidrerías. Luego sigue por Foncalada, donde está la famosa fuente, uno de los pocos monumentos civiles del Arte Asturiano prerrománico que han llegado a nuestros días


De allí continúa en dirección norte por la Avenida de Pumarín y, tomando la de Pando, salir de la ciudad por El Pontón de Vaqueros hacia Cuyences, en las faldas del Naranco, como hemos dicho, hacia Villaperi y La Ponte Cayés, donde pasa el río Nora y entra en Llanera


Por su parte el Camino Primitivo desde la catedral se dirige al oeste  por las calles San Juan y La Luna, saliendo del antiguo (nombre popular del casco antiguo) por la calle Covadonga, pasando junto al antiguo Convento de Santa Clara, tomando luego Melquíades Álvarez, donde está San Juan el Real, y luego cruzando la calle Uría, la que articuló el Ensanche, esto es, el crecimiento de la ciudad medieval más allá de sus murallas en el siglo XIX, comunicándola con la Estación del Norte


Luego seguiríamos por la calle Independencia y pasaríamos por La Losa de Renfe hacia La Argañosa


Recorreríamos toda la calle de La Argañosa, al sur de Vallobín


Y luego, sobre la pasarela de Feve pasaríamos a La Florida, uno de los barrios de más reciente construcción de la capital, salida a la zona rural por Paniceres, donde hubo otra malatería



Y este es el campo de la iglesia, con zona verde a la derecha y explanada asfaltada hasta el templo y el cementerio

Foto: fuente página Santiago Apóstol

Y a la izquierda, una escultura de Santiago peregrino, con su hábito y bordón, colocada sobre el tronco de un árbol, en un cuadro de piedras blancas. Fue adquirida por los feligreses e inaugurada el 7 de marzo de 2010, es de granito blanco y "obra de un cantero artesano de Galicia", dicen las fuentes consultadas, como Vivir Asturias


Visitada la iglesia seguimos bajando por la Carretera la Bolgachina en este que alguien llamó el Monxói asturiano, independientemente de etimologías


En este tramo solamente hay acera por la derecha, eso sí, bastante ancha y buena para caminar, frente a la entrad de una serie de viviendas unifamiliares y chalets que llegan casi ya hasta el río 


El final o casi, de esta bajada, será una vez pasadas las arboledas que vemos al fondo a la izquierda y allí, en la vega del Gafu, se levantan los primeros bloques de pisos


Jugando con la imaginación, podríamos figurarnos aquel agreste camino que habría aquí en tiempos muy antiguos, aquella buelga o güelga que dio nombre a La Bolgachina. Estas son algunas de sus principales acepciones según el Diccionario General de la Lengua Asturiana, de La Nueva España:
"Senda. Huella en la nieve. Huella, camino en la nieve. Senda abierta (p. e. en la nieve), de poca duración. Camino abierto en la nieve  por las pisadas de la gente o del ganado. Paso o camino que se abre en la nieve para que se pueda transitar. Camino hecho en la nieve o en un prado con hierba o en un maizal, etc. Camino o señal para marcar el camino, que se cava en la nieve."

Estamos a solamente un kilómetro y medio escaso de la catedral del Salvador y el entorno sigue siendo predominantemente residencial de baja densidad de casas independientes con terreno


Cruce de calles, no tenemos mayor problema: hay que seguir todo recto siempre bajando. A la izquierda es el arranque de la calle José García Nieto, el poeta, del que hablábamos antes


Las paradas de autobús de la carretera son también una referencia para darnos cuenta de cómo vamos avanzando hacia nuestro destino en la Sancta Ovetensis


Una señal de que caminamos por zona urbana son las conchas metálicas, de bronce en la acera, señalando el Camino. Ya nos acompañarán hasta la catedral y, de allí, hasta la salida del casco urbano, bien por el Camino Norte, bien por el Primitivo


A partir del cruce el nombre de la calle es la Travesía Armando Collar


A la derecha, chalets con jardines, a la izquierda, casas separadas de la carretera por franjas de setos


Es una hermosa hilera de casas antiguas soberbiamente restauradas, las dos últimas con corredor, una de ellas cerrado con galería de cristal


Según bajamos vemos de nuevo el viaducto de la A-66 Autovía de la Plata, bajo el que pasaremos ahora mismo


La autovía nace en la gijonesa calle de Sanz Crespo y pasa por estos arrabales ovetenses bordeando la ciudad por el este y el sur, en ruta al valle del Caudal y pasar a la meseta...


Ya divisamos el final de la bajada, en El Pontón, topónimo referido al puente sobre el río Gafu, que paso subterráneo bajo la calzada. Ahí empieza San Lázaro. Cuesta arriba es El Monticu. Entre los edificios, La Cuesta San Lázaro es el trazado urbano de la AS-375, que fue en su origen la Carretera de Castilla


En la lejanía, al este, unas altas torres señalan el lugar donde se encuentra el Polígono de Otero, construido en lo que era una de aquellas áreas rurales que quedaron completamente edificadas con la gran expansión de la ciudad


Como su nombre indica, está en un otero o loma que iba del Monte Santo Domingo, solar del convento de esta advocación, a Fozaneldi y Villafría. "Distinguía, antaño, entre las zonas de la Huerta de Otero y el monte Otero", explica Casaprima Collera. La periodista Carmen Fernández lo llama Otero, el barrio con esencia ochentera, y así titula su artículo a él dedicado en La Voz de Asturias el 1-2-2019, el cual comienza así, con esta síntesis de su historia:
"Otero comenzó a brillar en los 80, cuando, tras la muerte de Franco, empezó el desplazamiento hacia los núcleos urbanos y ese movimiento hizo crecer a Oviedo y su población con nuevas familias. Gran parte de este cambio se experimentó gracias a la Asociación de Vecinos, creada en 1982 desde el barrio y para trabajar por él. Su lucha permitió que Otero tenga plazas de aparcamiento, un centro de salud, una biblioteca y un centro social donde aún se reúne ese activo movimiento vecinal".

Un bosque cubre el valle al pie de los edificios de la urbe, haciendo de barrera vegetal, acústica y visual, de la autovía


Bosque que sigue cuesta hacia La Fonte'l Forno y La Granda, lugares ambos de la parroquia de La Manxoya y cerca de Los Arenales, en la de San Esteban


El tráfico de la A-66 nos 'prepara' para adentrarnos en la urbe por su dédalo de calles desde San Lázaro hacia El Prau Picón, donde hay una pequeña cuesta antes de bajar a El Campillín, a partir de la calle Magdalena (donde estuvo la Puerta Nueva), las calles del Antiguo son peatonales y podremos admirar serenamente los edificios y plazas del casco histórico rumbo al Ayuntamiento y la catedral


A nuestra izquierda seguimos viendo casas tradicionales reformadas que, nos dicen, tuvieron antiguamente enfrente sus tierras de labor, las cuales fueron parcelándose para construir los actuales chalets, algunos con artísticos cierres, como este de la derecha


Muchos peregrinos, al llegar aquí, si no antes, ya hacen planes mentalmente para sus siguientes pasos, los primeros por la ciudad. Es posible que muchos sigan de frente hacia la catedral, pero otros pensarán en parar antes, en el albergue del Seminario, el del Salvador antes mencionado, para sellar su credencial y, si hay plaza, quedarse, dejar la mochila y descansar antes de visitar la Sancta Ovetensis y el casco histórico


La acera se estrecha un poco ahora junto a este prado, pero en fila india se pasa perfectamente, acercándonos paso a paso al viaducto


Luego se ensancha al llegar a esta finca, en la que admiramos este manzano en flor, fotografía de primavera


Y aquí pasamos ya bajo el viaducto, sintiendo el tráfico sobre nuestras cabezas...


Ante nosotros vemos cada vez más cerca el barrio de San Lázaro, "hoy totalmente integrado en la red urbana de la capital", escribía en 2002 Adolfo Casaprima Collera, "ubicado entre el antiguo barrio de San Roque (parque superior y oeste del parque público de El Campillín) y el de Santo Domingo (parte inferior y este de El Campillín, al norte: Los Catalanes, al oeste; y el antiguo barrio del Caño del Águila al sur", que, para nosotros desde aquí se encuentra un poco más al este, a la derecha, en La Cuesta de San Lázaro, paso de la Carretera de Castilla como hemos dicho


Allí "se encuentra el conocido Caño del Águila, con piedra tallada", concreta este erudito, "mientras que al noroeste se hallaba la llamada fuente de Fumaxil, hoy desaparecida", e incide en que "Obedece el nombre de San Lázaro a la antigua malatería que se levantaba en esta zona, por donde solían entrar los peregrinos en la ciudad"


Extinguida en el siglo XVIII, la malatería se transformó en 1754 en asilo de ancianos y enfermos mentales desamparados. Luego, con las reformas de 1929, en el Albergue Cano Mata, nombre en honor de su benefactor Víctor Julio Cano y Mata Vigil. Pronto llegaremos a él...



Dejamos a nuestra izquierda las naves de una empresa constructora en la ladera del monte de Pereda, parte ya del Parque de Invierno del valle del río Gafu, donde antaño hubo caserías. El nombre parecería tuviese que ver con peras pero acaso esté más vinculado con piedra


Casas independientes, todas con terreno y de diferentes épocas y estilos, algunas construidas más recientemente. "En la actualidad la zona de la bolgachina y la manjoya no deja de crecer y se ha convertido en una de las principales zonas en los alrededores con mas cantidad de chalets, adosados y viviendas unifamiliares", cuenta un vecino


Recordamos, en este tránsito de La Bolgachina a San Lázaro que aún sigue siendo en parte el del campo a la ciudad, aquella frase del ciclista y empresario de rutas guiadas Xurde Llano para María Jardón, periodista de El Comercio, que decía que «en Asturias no hay esa gran diferencia en cuanto a lo rural y lo urbano. Cuando vivía en Oviedo, en la zona de San Lázaro, tenía una ganadería al lado de casa»


Hoy en día y aunque se ha edificado mucho, esa simbiosis campo-ciudad todavía se nota. Ya desde que bajamos La Cuesta la Bolgachina, sino antes, la vista de los edificios de la urbe se ha combinado con rebaños de vacas paciendo en los prados y los chalets comparten espacio con algunas casas tradicionales más o menos rehabilitadas


En los primeros documentos escritos conocidos que mencionan el lugar aparece, el nombre de Cervielles como topónimo vinculado a la malatería, San Lázaro de Cervielles, que, aunque parezca vinculado a ciervos, estaríamos más bien ante una evolución, en diminutivo y en plural, de cervum acervum, 'montón', relacionado con el montículo en el que se emplaza y donde vemos subir la calle Armando Collar inmediatamente después de acabar la bajada al río Gafu


El erudito médico e historiador José Ramón Tolivar Faes la llama El Hospital de leprosos de San Lázaro del Camino y como tal titula el trabajo que a él le dedica, recogiendo una primer noticia del año 1146 en la que se menciona a Giraldo Giraldi como vicario de Santa María de Cervielles, no pudiendo asegurarse plenamente si ya existía como malatería o no. En 1235 ya aparece otro documento en el que aparece como Santa María y San Lázaro de Cerbielles, patronazgo este segundo ya plenamente relacionado con las leproserías


Pero no va a ser hasta 1251 cuando se pueda verificar de manera incontestable la existencia de una malatería cuando se menciona en un escritor a "María Martín la Malata de Cerviellas", que sería además la primera enferma aquí residente de la que tenemos noticias. Diez años más tarde aparece un tal Juan Guibor como el Superior más antiguo conocido del convento de Santa María y San Lázaro aquí existente y a cargo del cual estaría la malatería


En 1274, las Ordenanzas del Concejo de Oviedo establecen duras disposiciones respecto a los malatos y el riesgo al contagio, especialmente por riesgo al contagio y sobre todo por la contaminación del agua (de ahí el hidrónimo del río Gafu, que quiere decir, entre otras acepciones, 'malo', 'enfermo', 'infectado') de las fuentes y del viejo acueducto extramuros que llevaba agua de los manantiales de La Granda (La Fonte'l Forno) a la ciudad:
"Otrassi que nengun malato non entre enna villa sinon for el dia de la cruz hata el mediodia por la primera vez saquenlo a aguillonadas de la villa, e la segunda que lo batan, e la tercera que lo quemen. Ottrassi que nenguno non sea osado de non abrir el canno por el que uien la agua..."


Sabido es que las reglamentaciones sobre los malatos eran muy estrictas, sobre todo en tiempos de pestes, epidemias y temores a los contagios, estipulándose duros castigos, otra cosa es saber hasta qué punto se aplicaban en toda su virulencia o no. De todas maneras, junto con las sanciones llegaban, a la vez parece, las primeras grandes donaciones recibidas en favor de estas fundaciones, pues el amparo a los malatos se consideraba una de las máximas muestras de caridad cristiana, como los cien maravedís que dona Don Pedro Díaz de Nava a esta malatería en 1289, por el que se citan nada menos que catorce malaterías en el centro y oriente de Asturias. En la centuria siguiente seguirán llegando más donaciones...


Llegamos a la última casa unifamiliar y, seguidamente, pasamos al pie del primer bloque de pisos. A la izquierda está el aparcamiento público del Parque de Invierno y, a continuación, las llamadas Torres de La Bolgachina, incluidas entre los 'rascacielos de Asturias'. De su construcción daba cuenta Lucía S. Naveros en La Nueva España del 9-2-2008:
"Dos torres de altura desigual -74 y 46 metros- con las plantas superiores enteramente de vidrio y que se van retranqueando a medida que se elevan. Así es la propuesta del arquitecto navarro Patxi Mangado para la parcela del antiguo instituto de San Lázaro, un proyecto impulsado por la empresa pública regional Sedes, que ayer presentó un avance al Ayuntamiento. 
Las torres no serán paralelas, sino que «estarán giradas en planta para buscar la mejor orientación» de cada uno de los edificios, según señala el arquitecto, que prevé que las fachadas sean de vidrio, aluminio y madera, aunque matiza que «es un aspecto que aún no tengo completamente definido». 
Los edificios se elevarán en una parcela que tiene una superficie de unos 5.000 metros de suelo y ocuparán en total unos 800 metros cuadrados, ya que su superficie en planta es de 400 metros cuadrados para cada uno de ellos. El más alto tendrá 22 plantas, y el de menor altura, 15, para viviendas y locales comerciales. La parcela tiene un desnivel de unos 11 metros que se salvará con varias plataformas ajardinadas. 
Espacio libre 
El diseño permitirá, según destacó el arquitecto, liberar más de 4.000 metros de espacio público, lo que facilitará la obtención de espacio para construir los nuevos accesos de La Manjoya. El Plan General de Ordenación Urbana prevé un vial que conectará entre sí y con la ciudad las siete actuaciones urbanísticas previstas entre La Manjoya y Oviedo. Esta futura carretera llegará por La Bolgachina hasta desembocar, por Armando Collar y Monticu, en la calle San Lázaro (la carretera a San Esteban de las Cruces), en la parcela del antiguo Instituto Leopoldo Alas «Clarín». Las torres estarán a un lado del solar del antiguo instituto, de forma que quedará espacio para diseñar una amplia glorieta que facilite la conexión del tráfico. De hecho, destacan los promotores, «las torres ocuparán sólo un 15 por ciento de la parcela; el resto será espacio de uso público». 
La construcción de las torres no requerirá ninguna modificación del Plan General de Ordenación Urbana, ya que el documento aprobado definitivamente en 2006 ya recoge como «recinto de ordenación singularizada» la parcela del antiguo Instituto Leopoldo Alas. Según el PGOU, esta parcela debe desarrollarse a través de un plan especial, tramitación que está impulsando en la actualidad Sedes. 
«La construcción de estos edificios no va a requerir ninguna modificación del Plan General, ya que no va a haber aumento de la edificabilidad; simplemente consideramos que sería más conveniente una edificación en altura, que libere suelo, que una edificación más tradicional, en manzana cerrada», señalan técnicos municipales, que destacan, sin embargo, que «el Ayuntamiento no se ha pronunciado aún sobre el proyecto, aunque en principio responde a los requerimientos urbanísticos de la zona»

Más a lo lejos, las Torres de los Catalanes, sitas en este barrio ovetense del que también hemos hablado, tres torres construidas en 1985 para cooperativas de viviendas


Las arboledas del Parque de Invierno, que forman hermosos bosquetes, resaltan una vez más esa difuminada frontera entre lo rural y lo residencial en esta zona al sur de la ciudad, parte del famoso Cinturón Verde que reaprovechó el antiguo trazado ferroviario hacia Fuso de la Reina como eje vertebrador


Avanzando por el cruce con la calle Monticu vemos ya, a la derecha de las Torres de La Bolgachina y asomando sobre el arbolado, el edificio de La Malatería, reconocible por su color crema claro en lo alto de una colina, hacia la que subiremos tras cruzar la calle Armando Collar por el siguiente paso de cebra y, a continuación, pasar sobre el río Gafu, entrando en el barrio de San Lázaro, a solamente un kilómetro y poco más de la Sancta Ovetensis, la catedral de San Salvador...
















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